Decenas de miles de trabajadores de toda España pidieron soluciones de futuro en la capital española. /JUANJO MARTÍN
Ciudadanos

El campo toma Madrid para denunciar su «ruina» y exigir «precios justos»

Los agricultores y ganaderos responden en masa al llamamiento unitario de las tres grandes centrales en una manifestación histórica

MADRID/JEREZ Actualizado: Guardar
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«El campo se arruina, exigimos soluciones». Ése fue el mensaje que abrió ayer la multitudinaria manifestación convocada en Madrid de forma unitaria -algo inédito hasta ahora- por las grandes tres centrales agrarias y ganaderas (COAG, UPA y Asaja) para denunciar la lenta desaparición del sector, ahogado por unos costes al alza y unos precios en caída libre.

Decenas de miles de trabajadores procedentes de toda España clamaron contra la dejación del Gobierno ante «el desmantelamiento agónico del campo», y exigieron unos «precios justos» que les permitan continuar su labor «con dignidad». Todo ello, entre gritos que pedían la dimisión del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y de la ministra del ramo, Elena Espinosa.

La marcha, que superó en cuanto a participantes todas las expectativas de la organización, se vio plagada de mensajes contra las grandes cadenas de distribución, a las que los agricultores acusaron de ser «un puñado de chorizos», como denunció el secretario general de COAG, el jerezano Miguel López. Y es que, señaló, la inmensa mayoría del sector se ve obligado a vender sus productos por debajo del coste de producción a oligopolios que después inflan los precios a los consumidores.

«¡Que se vaya!»

López advirtió que la sangría del campo «es un problema de Estado», en el que todas las administraciones deben «arrimar el hombro». No exento de ironía, Miguel López cargó contra «el Ministerio ese de los mares y el espacio», para añadir que «si Elena Espinosa está cansada, que se vaya y no trabaje más».

Desde Asaja, su presidente nacional, Pedro Barato, dirigió su petición de dimisión directamente al presidente del Gobierno, al que acusó de «hacer oídos sordos», y le recordó que «Sarkozy ha destinado 1.50 millones a sus agricultores». Pedro Barato exigió una ley de contratos estables y con garantías para ganaderos y agricultores que, afirmó, «en los últimos años han visto subir sus costes de producción y sus tarifas eléctricas un 35% y un 300%, respectivamente, mientras la renta agraria caía un 26%».

El líder de la ugetista UPA, Lorenzo Ramos, menos incendiario en sus mensajes al Gobierno, levantó también los aplausos de los asistentes al trasladar el sentir del sector: «Estamos hartos, somos miles de familias y se están forrando a nuestra costa, ya no podemos más».

Ramos pidió una política agraria estable «y que no cambie cada dos años» y subrayó que «el campo sólo pide que «lo que el consumidor paga se reparta de forma justa, con un precio mínimo que permita al trabajador no estar condenado a desaparecer».

Financiación

Las organizaciones reclamaron también ayudas a la financiación, un IVA reducido a los insumos agrarios, un gasóleo profesional y una política agraria «fuerte y más allá de 2013». Agricultores y ganaderos denunciaron también que la debilidad del Ejecutivo español ante Bruselas que, advirtieron, está condenando la producción nacional en beneficio de los países centroeuropeos. López, Barato y Ramos, que confiaban en trasladar a la propia Elena Espinosa sus demandas al término de la marcha multitudinaria, se negaron a ser recibidos por el subsecretario de Medio Ambiente, Medio Rural y Medio Marino, Santiago Méndez de Luarca, y la secretaria general de Medio Rural, Alicia Villauriz.

Villauriz explicó que el Gobierno «ya desarrolla» algunas de las reivindicaciones de los agricultores. Subrayó asimismo que el sector recibe ayudas «nada despreciables» y recordó que los apoyos comunitarios suman 7.000 millones anuales.