José Marín es la cabeza pensante de este proyecto que se desarrollará en La Isla. /S.S.
SAN FERNANDO

Contra viento y marea por seguir mariscando

Un grupo de mariscadores isleños se une para abrir un criadero que dará 73 puestos de trabajo y 200.000 kilos de almejas

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El oficio lo llevan en la sangre. Lo aprendieron viendo a sus padres y estos, a los suyos. Así han ido transmitiéndose por generaciones los secretos del arte del marisqueo. Una profesión desvalorada y poco grata a la que pretenden darle un empuje con la puesta en marcha de un proyecto que en cuatro años podría crear hasta 73 puestos de trabajo y alcanzar un producción de 200.000 almejas.

José Marín Rodríguez es la cabeza pensante y el impulsor del hatchery. Un criadero de moluscos que aunque aún está en espera de conseguir el 100% de su financiación, si reciben el aprobado de la Junta de la Andalucía a las ayudas que han solicitado para la Mejora del Sector Pesquero Andaluz. Con lo que cuentan ya es con el visto bueno del Ayuntamiento isleño para la cesión del terreno que se encuentra junto al Club Náutico Puente de Hierro, donde ubicarán las naves del criadero, la zona de preengorde y la de depurado de las dos modalidades de almejas que pretender sembrar: finas y japonesas, junto a los ostiones y la gusana de sangre.

Una pasión, un oficio

Conformados como Asociación de Marisqueros de la Bahía Virgen del Carmen, han conseguido los favores de diferentes instituciones como la Delegación de Trabajo que ha colaborado en la creación del Proyecto Empresarial, la Memoria Biológica elaborada por el Consistorio isleño y la Asociación Nivel, y la Memoria Descriptiva y Ambiental realizada por un biólogo colaborador.

«Lo único que sabemos hacer es mariscar y todo está saliendo gracias a las ayudas de unos y otros», explica José. Lleva desde los nueve años mariscando y aún con el rostro desgastado del sol asegura que siempre que puede se pone de cara al mar. «Los mariscadores aquí hemos tenido muy pocas oportunidades, somos un colectivo pobre, humilde y precario, y con una media de edad muy alta por lo que si no se incorporan jóvenes va a perderse el arte del marisqueo», señala.

Así José asegura que con este proyecto lo único que persiguen es «crear puestos de trabajo y conservar una tradición milenaria que supone el sustento de muchas familias». Tanto es así que están en conversaciones con la Dirección General de Pesca para intentar añadir su aportación a la legislación vigente que regula esta práctica ya que asegura el 90% no tienen más remedio que mariscar de forma ilegal. «Si pagas el carnet de la Junta, te haces autónomo, la Seguridad Social y además pagas la gasolina del barco y el depurado no ganas para comer». Por ello junto a este proyecto pretenden hacerse oír para seguir trabajando en la profesión que conocen.