La política republicana sostiene en brazos a su hijo Trig. / REUTERS
MUNDO

Sarah Palin pasa factura

La ex candidata republicana a la Vicepresidencia

NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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critica al equipo de McCain

Con la salida a la venta de sus memorias el próximo martes, la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, se va a embarcar en la que probablemente será la gira de promoción con más impacto de un libro escrito por un político desde que Barack Obama lanzara su Audacia de la esperanza hace tres años. El texto del actual inquilino de la Casa Blanca le sirvió entonces para propulsar su campaña presidencial. ¿Estará la derrotada candidata republicana a la Vicepresidencia planeando algo semejante con la publicación de Going Rogue (algo así como A contracorriente)?

El alcance real de sus ambiciones es todavía un misterio por desvelar. Los prolegómenos del que será un intenso recorrido por diferentes territorios de EE UU han estado marcados por la misma mezcla de curiosidad y controversia que ha definido la reacción de sus compatriotas desde aquel día en Ohio en que fue presentada como la compañera de viaje de John McCain en su lucha por la Casa Blanca. Además de este estado clave en las últimas presidenciales, la ex aspirante al puesto de número dos recorrerá en autobús Florida y Pensilvania, lugares donde casi siempre se deciden los votos.

Lo que nadie puede discutirle a Palin es ese don de despertar un interés inusitado por todo aquello que dice o hace. Un destacado senador republicano la definió con estas palabras: «Posee las cualidades que todo político desea tener: es interesante. Cualquier aspirante a un puesto público lo daría todo por esa cualidad». Pero, como ha sucedido otras veces, cada movimiento de la ex gobernadora por llamar la atención viene acompañado de polémica. En uno de los capítulos que más darán que hablar, vuelve a la carga contra el equipo de McCain, al que acusa de querer cobrarle 50.000 dólares (33.500 euros) por gastos contraídos durante la campaña a la vicepresidencia, asunto que los asesores del senador republicano han negado de plano. También cuenta que se ha gastado medio millón de dólares (335.000 euros) en todos los pleitos legales presentados contra ella por sus enemigos políticos y que se enfadó mucho cuando en la noche electoral, y después de la derrota, no la dejaron despedirse de los norteamericanos.

El volumen, de 432 páginas, escrito con ayuda, tiene una tirada inicial de 1,5 millones de ejemplares, una cantidad que se antoja reducida dada la sed de la militancia republicana por encontrar nuevas fuentes de inspiración, y hasta un nuevo líder. Más allá de los rifirrafes políticos, Palin también se sumerge en los asuntos más espinosos de su vida familiar, como cuando describe la terrible angustia que sintió durante el embarazo de su hija adolescente Bristol. Sin embargo, no dedica una línea al padre de su nieto, Levi Johnston, a quien acogió en su casa como uno de los suyos. Tras la separación de Bristol, el chico se ha convertido de pronto en un ser hostil que, para colmo, planea posar desnudo para la revista Playgirl.

Johnston, que ha discutido en repetidas ocasiones con la abuela de su hijo, sigue diciendo que si ella no lo deja en paz revelará serios trapos sucios que le «harán daño».

En varios pasajes del libro, que incluye 68 fotos en color pero carece de índice, Palin arguye que en su meteórica carrera política sólo le ha movido el altruismo, al tiempo que repite la consigna de que «la ambición empuja pero el propósito marca el camino».