Cartas

Parábola

Sevilla Actualizado: Guardar
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Un hombre sembró trigo en su campo. Al llegar la primavera, los tiernos brotes verdes se esparcieron por todo el terreno. Los campos de cereal parecían entonces verdes prados de césped, como la campiña bávara o inglesa. Entonces, el hijo de aquel hombre mandó segar el sembrado de su padre. «Eso no es trigo», le dijo. «No tiene tallo, ni espigas, ni hay rastro de grano por ninguna parte. Es un hierba espúria, que he mandado quemar». «¡Necio!», le contestó su padre. «El embrión del trigo, ¿no es trigo?». Y lo desheredó.