TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

Otros paisajes para antes de la batalla

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Las huestes empiezan a formar en el campo de batalla. Más allá del caso de Jerez, los socialistas gaditanos afrontan otros incendios internos de peculiar calibre. Meses atrás, esas diferencias y una estrategia fallida les hicieron perder la alcaldía de San Roque, cuya nueva Casa del Pueblo estrenará mañana Bibiana Aido, ministra de Igualdad. No muy lejos de allí, también hay quien busca moverle la silla al actual alcalde de Algeciras, Tomás Herrera.

Pero, en el Campo de Gibraltar, las aguas bajan más revueltas que nunca en Los Barrios en donde la lógica elección de Gely Ariza como alcaldesa en sustitución del socialista Alonso Rojas no ha gustado ni chispa a la parte contratante de la segunda parte, esto es, al grupo más afín al actual secretario general del PSOE provincial, Francisco González Cabañas. Circula una carta presuntamente suscrita por algunos concejales y dirigida al propio Rojas, secretario general de esa Agrupación, en la que denuncian que se está evidenciando públicamente una clara ruptura de la necesaria unidad de criterios y de acción en el gobierno municipal, que consideramos generada por la especial y nada adecuada forma de gobernar de la actual alcaldesa. En el texto, aseguran que están sufriendo una situacin de aislamiento y desplazamiento político, mediante la retirada de competencias municipales y otros supuestos. Las acusaciones incluyen las de falta de participación en la toma de decisiones, autoritarismo, desinformación y ocultación de acciones de gobierno. O sea, otro brote de disidencia municipal similar al que Jerez vivió el pasado verano y que, desde otros sectores socialistas, se malicia que pueden verse influido por ambiciones personalistas, sobre todo si se tiene en cuenta que ha trascendido fuera del circuito interno de las diferentes agrupaciones. Mientras los socialistas gaditanos recobran fuerza en Chiclana, Irene García se mantiene firme en Sanlúcar de Barrameda, a pesar de que en los últimos meses ha vivido una campaña sin cuartel por parte del Grupo Popular, cuya mano hay quien ve en el hecho de que grupos de parados hayan conocido las señas particulares de la alcaldesa y se hayan apostado a su puerta para exigirle empleo. En la capital gaditana, mientras tanto, la renuncia formal de Federico Pérez Peralta a ser el candidato socialista, bajo la controvertida expresión de ni aunque me lo pida de rodillas, abrirá paso a la presencia latente de Emilio Aragón, pero hoy por hoy no se ha producido ningún pronunciamiento oficial en esta materia. Quizá sea que las estructuras del partido desconfíen de alguien cuyo actual nivel de independencia no le hace especialmente vulnerable a presiones de las altas esferas. Al margen de que en las últimas semanas, el PSOE gaditano parece haber recobrado el pulso de la oposición, no sólo en materia de críticas sino sobre todo en el de propuestas, la única novedad importante a escala interna es el ya famoso protocolo de uso de Internet que, en materia institucional, ha repartido la ejecutiva federal entre los militantes. Se trata, obviamente, de una respuesta a la controversia por el blog Cádiz Socialista, recientemente cerrado con el pretendido desfenestramiento orgánico de sus promotores. Al Partido Popular le preocupa especialmente la situación de La Línea, cuyo alcalde Juan Carlos Juárez ha sido inhabilitado seis meses y, esta misma semana, renunciaba a los cargos internos en el partido. Procedente del GIL, socialistas y populares se lo rifaron en su día pero finalmente terminó cohabitando con los conservadores que dieron por bienvenidos sus votos pero que nunca se encontraron totalmente cómodos con su presencia a bordo. Así que, esta misma semana, Antonio Sanz se ha precipitado a proponer un plan para una ciudad en donde las protestas cívicas contra dicho espejismo municipal empiezan por el propio ayuntamiento: a comienzos de octubre, los trabajadores del consistorio se manifestaron por el cobro de sus salarios impagados mientras Juárez se despeda temporalmente del consistorio cobrando un finiquito ligeramente superior a 5.000 euros.

En esta geografía de la incertidumbre municipal también figura el Ayuntamiento de San Fernando, donde el Partido Andalucista del alcalde Manuel de Bernardo y el Partido Popular no terminan por ver claro que renueven su equipo de Gobierno tras las elecciones de 2011. A los problemas de gestión y a los económicos, se une el asunto del desfalco que se imputa a dos funcionarios acusados de malversación y de otros supuestos delictivos, a partir de la denuncia presentada por la propia Corporación. En esta olla de grillos isleña, no sólo están jugando fuerte desde la oposición el PSOE e Izquierda Unida. También se dice que el ex alcalde andalucista Antonio Moreno estará dispuesto a volver a la arena municipal en las próximas elecciones. Claro que, de ser cierto, dificilmente podrá ser a bordo del PA. Lo mismo se presenta como independiente. Si no lo ficha el partido antinacionalista periférico de Rosa Díez que no ha tenido problemas a la hora de repescar a otros rostros conocidos del andalucismo gaditano.