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París y Berlín estudian crear la figura de un ministro conjunto

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La recomposición del legendario eje París y Berlín, del que ha sido paladín desde el inicio de su mandato el presidente Nicolas Sarkozy, sigue dando muestras de avance. Francia y Alemania estudian ahora la creación de la figura de un ministro franco-alemán que, entre otras funciones, asistiría a las reuniones gubernamentales de ambos países. El secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, señaló ayer que ésta es una idea que «examinan» el inquilino del Elíseo y la canciller alemana, Angela Merkel, y que habrá una decisión al respecto «tal vez en enero».

En una entrevista a la radio Europe 1, Lellouche precisó que trabaja con su colega germano, Werner Hoyer, en una serie de iniciativas para reforzar los proyectos bilaterales, con vistas a presentar algunas de ellas a primeros de 2010. No ofreció más detalles sobre esta iniciativa y tampoco entró a comentar algunos de los nombres que se han barajado para ese cargo, en caso de que el plan salga adelante.

Entre los políticos con los que se especula figura el del ex ministro francés Jack Lang, que en los últimos meses ha realizado algunas misiones por encargo de Sarkozy. No obstante, se ha señalado que puede ser un inconveniente el que no tenga la doble nacionalidad, un impedimento para participar en los consejos de ministros alemanes.

Con otros países, sin embargo, las relaciones francesas no son tan boyantes. El ministro turco de Exteriores, Ahmet Davutoglu, en su primera visita oficial a Francia, y su colega galo, Bernard Kouchner, mantuvieron sus diferencias sobre la entrada de Ankara en la UE. «No hemos hablado del tema de la UE», porque «las posiciones están claras», aseguró el jefe de la diplomacia gala, quien precisó que París no es un «obstáculo» para la adhesión turca, sino que aboga por que se abran «futuros episodios».

Davutoglu se limitó a recordar que la voluntad de su país de formar parte de la Unión es una posición «conocida por todos» y aseguró que seguirán por el camino de conseguir una «adhesión total». Francia, por su parte, se opone a la entrada plena de Ankara en la UE y propone al país una asociación privilegiada con los Veintisiete.