Una manifestante antigubernamental pasa junto a una barricada instalada en el centro de Teherán. / AP
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La 'ola verde' regresa a Teherán

La oposición aprovecha el 30 aniversario del asalto de la Embajada de EE UU para protestar contra Ahmadineyad

ENVIADO ESPECIAL. KABUL Actualizado: Guardar
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La herida abierta en Irán por las últimas elecciones volvió a abrirse en el treinta aniversario del asalto a la Embajada de Estados Unidos, una operación que marcó el giro definitivo al islam de la revolución que hizo caer la monarquía del sha. Treinta años después, la unión en torno a los valores islámicos que se lograron tras la toma de aquellos 52 rehenes durante 444 días ha desaparecido. La polémica reelección de Mahmoud Ahmadineyad el 12 de junio dividió al país y las calles de Teherán volvieron a ser escenario de protestas entre partidarios y detractores del presidente en una fecha tan señalada. Hasta ahora Washington era el enemigo común, hoy las cosas han cambiado.

Durante los últimos cuatro meses no han cesado las manifestaciones y los gritos de «muerte al dictador» en las principales ciudades, en alusión al líder ultraconservador. Ni la represión, ni el macro juicio contra algunos de los detenidos durante las protestas han logrado sofocar el ánimo de una oposición que aprovecha cada fecha emblemática en el calendario de la república para echarse a la calle. El 18 de septiembre fue el día de Qods (Jerusalén), en el que se rinde homenaje al pueblo palestino y ayer, el treinta aniversario de la toma de la Embajada norteamericana, el primer gran hito del Irán del imán Jomeini y el principio del fin de las relaciones con Washington, considerado 'el gran demonio' a partir de entonces.

Miles de personas salieron de forma paralela a las tradicionales marchas oficiales, entre ellos el líder opositor Mehdi Karrubi. La 'ola verde' volvió a hacerse presente en una capital tomada por las Fuerzas de Seguridad desde primera hora de la mañana y, según testimonios de testigos, hubo enfrentamientos en las principales plazas del centro de Teherán. Enfrentamientos que se produjeron mientras las manifestaciones legales organizadas por las autoridades se daban cita frente al antiguo edificio de la Embajada estadounidense, donde el lema principal volvió a ser el mismo de los últimos treinta años: «¡Muerte a América, muerte a Israel!». Los dos 'iranes' del siglo XXI cara a cara y a muy poca distancia. Y en el medio de un acto oficial tan emblemático, volvió a destacar la ausencia de pesos pesados de la historia de este régimen como los antiguos presidentes Hashemi Rafsanyani y Mohamed Jatamí, o el que fuera primer ministro y mano derecha de Jomeini durante los ocho años de guerra con Irak, Mir-Husein Musavi. Todos ellos opositores al actual poder paramilitar que controla la república islámica.

Posturas alejadas

La distancia que separa a estas dos formas de entender Irán es similar a la que separa a las actuales autoridades de la Casa Blanca. Pese al optimismo que rodeó a las últimas conversaciones nucleares, el líder espiritual, Alí Jamenéi, aprovechó un día tan señalado para dejar clara su postura respecto a la nueva Administración Obama. «El nuevo presidente ha dicho cosas bonitas, nos ha transmitido muchos mensajes en clave de 'pasemos página y creemos un nuevo escenario, cooperemos para resolver los problemas mundiales'», declaró Jamenéi en el transcurso de la ceremonia oficial en la que advirtió que «en el fondo no han cambiado sus intenciones. Si miramos la situación con calma vemos que esconden un puñal en su espalda».

El líder espiritual, cuyo liderazgo es puesto en entredicho tras lo sucedido en la cita con las urnas de junio, hizo referencia también a la crisis nuclear señalando que «unas conversaciones en las que Estados Unidos marca el resultado final desde el comienzo, son como la relación entre un lobo y un cordero. No las queremos». Todo un jarro de agua fría para un proceso en el que las potencias occidentales habían logrado por primera vez un acercamiento a Teherán.