Jerez

«Cuando el tratamiento acaba, no quieren que nos vayamos»

Además del trabajo físico, la ayuda del equipo supone una psicoterapia para pacientes y familiares

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Mujer, más de 80 años, con la mitad de su cuerpo paralizado. Es una de las situaciones a las que se enfrentan día a día los profesionales de este equipo. En menos de 48 horas, esta paciente fue valorada por la médico especialista y en unos días comenzó el tratamiento: «Trabajamos la movilización asistida de miembros superiores e inferiores, se le asesoró para realizar trasferencias y se trató el control del equilibrio», explicó Amparo. A medida que la paciente iba progresando, un andador y un bastón ayudaron a que pudiera volver a caminar.

En terapia, se le aconsejó instalar agarradores en el baño o un elevador en el retrete, además de enseñarle a vestirse. El resultado: «La paciente ganó coordinación y destreza, o sea, independencia, que es lo más importante». Sánchez insistió en que «la adaptación de las viviendas a las necesidades de estas personas no las pasa la Seguridad Social pero nosotros sí que recetamos sillas de rueda o andadores cuando les hace falta».

«Es un trabajo que compensa porque se ve la recuperación de la persona en su entorno. Cuando el tratamiento está avanzado, la fisioterapeuta y el celador salen a la calle con el paciente para ayudarle a desenvolverse también en su barrio. «Esto no tiene nada que ver con una consulta», concluyeron.

Carmen, por ejemplo, se ha fracturado las dos muñecas y recibe cada día la visita de los especialistas. Muchos de los pacientes mayores pasan el día solos -como es el caso de Carmen- o acompañados por personas de su misma edad por lo que las visitas del equipo constituyen también una psicoterapia: «Todo el mundo se desahoga un poco con nosotros, los pacientes y los cuidadores. Cuando el tratamiento acaba, no quieren que nos vayamos», afirmaron.