Promesas para calmar la situación

Solo el tiempo puede dar o quitar la razón a una promesa. La situación de desamparo que está viviendo el Marco de Jerez en los últimos meses parece haber llegado a su fin. Para ser exactos, habría que decir que al menos se abre una puerta a la esperanza, a tenor del mensaje lanzado por la consejera de Agricultura, Clara Aguilera el pasado miércoles cuando visitó la ciudad.

Hay que ir paso a paso y coincido con la responsable autonómica en que las ayudas deben ser primero para los agricultores que están sufriendo en primera persona los efectos de la crisis del sector. Me parece acertada este orden de prioridades porque además considero que el segundo paso a dar es la creación de las industrias alcoholeras que están llamadas a ser el bálsamo para salvar esta conyuntura económica que padece el Marco, ya que actualmente las empresas bodegueras cuentan con estas instalaciones en otras regiones de España y por tanto también necesitan que el traslado sea rentable para dar el salto y fabricar en Jerez todos los productos secundarios con Denominación de Origen con los excedentes acumulados en los últimos años.

Pero insisto habrá que esperar porque de momento las palabras reconfortan en cierta manera el tremendo desasosiego que viven las 10.000 familias que dependen del sector en la comarca, aunque la satisfacción sólo será completa si finalmente las promesas se convierten en realidad.

Hace algunas semanas, coincidiendo con la anterior visita de Aguilera a la ciudad, dije que Clara no había hablado claro y todavía tengo mis dudas en este sentido, porque no ha concretado la cuantía económica que destinará a subvenciones, todo lo contrario que el Gobierno central quien se comprometió a poner sobre la mesa 3.5 millones de euros.