Ángel Cabrera. / AFP
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El maestro Ángel Cabrera es el favorito para alcanzar la final en Málaga

El último ganador del Masters de Augusta apunta a la victoria al haber recuperado su mejor juego

CASARES (MÁLAGA) Actualizado: Guardar
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El argentino Ángel Cabrera sigue tocado por la varita mágica de los grandes campeones al clasificarse para las semifinales del Volvo Mundial Match Play, que hoy disputará frente a un golfista inglés, Ross Fisher, en el campo de Casares (Málaga).

Cabrera tomó la misma senda que le llevó esta primavera a vencer tras un desempate el Masters de Augusta, su segundo Grande en dos años (en 2007 conquistó el Open USA). El golfista argentino lideró su grupo y se metió en la lucha por el título del Mundial, gracias a una última y contundente victoria frente al inglés Simon Dyson, por 7 hoyos de ventaja.

Otro inglés, Ross Fisher, de 28 años y vigésimo sexto del mundo, será el próximo contrincante en las semifinales a 36 hoyos para Cabrera.

El estadounidense Anthony Kim y el australiano Robert Allenby, éste el único invicto de los dieciséis jugadores que congregó el Mundial, disputarán el otro partido a 36 hoyos previo a la final.

Si la veteranía, la experiencia y los títulos sirven para algo, Cabrera parte como el favorito para ganarse una plaza para la final.

El cordobés es el más veterano (40 años), el que más temporadas acumula como profesional (20), el único que ha ganado títulos de Grand Slam (2) del resto de semifinalistas y que ha llegado alguna vez a la final de este longevo torneo (2007), que data de 1964.

Cabrera también es el que más títulos atesora (45) y el que más fuerte le pega a la bola (casi 300 metros de media con el 'driver'), aunque tiene dos indicadores en su contra: en el ránking mundial figura por detrás de Anthony Kim (23) y Fisher (26), y el público, mayoritariamente compuesto por residentes británicos, empujará más a su adversario, el inglés Fisher.

Pese al final feliz que gozó ayer el argentino, la mañana se torció inesperadamente al perder frente al sueco Henrik Stenson, por dos hoyos de desventaja. El tropiezo, aunque inesperado tras la lección de golf que propinó la víspera al joven McIlroy, se quedó en anécdota ante su enorme superioridad frente a Dyson.