Opinion

Cuentas a mejorar

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El Gobierno logró ayer el rechazo por el Congreso de las enmiendas de totalidad al proyecto de presupuestos, en una votación en la que se impuso la mayoría de 177 diputados que suman PSOE, PNV y CC, frente al PP, CiU y los demás grupos que habían solicitado su devolución. Pero el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero debería corregir la cerrazón con la que afrontó el debate partida por partida del pasado año para abrirse esta vez a todas aquellas propuestas que pudieran mejorar el proyecto inicial. Porque, más allá de las diferencias en torno a las grandes líneas de actuación presupuestaria, las Cuentas presentadas por el Gobierno siguen siendo perfectibles. Lo son en el capítulo de ingresos, siempre que el Ejecutivo socialista esté dispuesto a revisar las modificaciones que introduce en la fiscalidad para atenuar sus efectos sobre las clases medias. Como son mejorables a la hora de contener el gasto corriente para dedicar más recursos a la generación de empleos cualificados mediante un mayor compromiso a favor de la innovación del tejido industrial y de servicios. El Gobierno se equivocaría si, además de desaprovechar el trámite parlamentario para asumir propuestas que mejoren los presupuestos, no atendiese -como no lo hizo el pasado año- a los nuevos datos económicos para imprimir mayor realismo a sus previsiones iniciales. Es verdad que la economía y la sociedad española necesitan contar con unos nuevos presupuestos, y que no cabría perspectiva más penosa que la de unas Cuentas prorrogadas; o la de un clima de inestabilidad política derivado de una falta de mayoría, precisamente cuando España puede estar acercándose al fondo de la recesión. Pero la satisfacción mostrada por el Presidente al término de la votación de ayer no puede soslayar la falta de credibilidad y de confianza que acompañan a su proyecto presupuestario. Carencias que se volverían más notables si en lo que resta de tramitación parlamentaria el Gobierno se niega a aceptar propuestas de la oposición. Es probable que, con ocasión de los Presupuestos 2010, Rodríguez Zapatero y el PNV hayan conseguido mantener una complicidad que pudiera ampliar su respectiva maniobrabilidad en la política española y en la vasca. Pero este logro puede volverse en contra si la opinión pública percibe en esta aprobación una jugada política.