Economia

La crisis ya afecta al negocio bancario con más morosidad y menos crédito

El Banco de España está desbordado por las reclamaciones, que han crecido el 81% durante el primer semestre del año

MADRID Actualizado: Guardar
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La recesión ya hace mella en el negocio bancario. La morosidad ha vuelto a repuntar, hasta situarse el pasado agosto en el 4,93%, la tasa más elevada desde septiembre de 1996, y las reclamaciones al Banco de España se han disparado un 81% en el primer semestre, en que se recibieron 6.512 escritos de queja e incluso algunos no fueron atendidos en plazo. Además, la inversión crediticia de los bancos disminuye y resucita -al calor de la crisis y de la inmigración- la actividad de los Montes de Piedad, que prestan dinero tomando como prenda los bienes familiares.

El sector bancario está preparado para hacer frente a estos retos, considera la agencia de calificación Fitch, que no comparte las tesis de su competidora Moody´s. Fitch no hace referencia alguna a la principal denuncia que realizó Moody´s: el deterioro de activos que, al no ser reconocido hasta el momento, podría aflorar a medio plazo, y provocar un fuerte impacto negativo en los resultados.

Matiza Fitch que la fortaleza del sector está en los grandes grupos bancarios españoles -cita expresamente a Santander y BBVA-, que, tras capear la crisis de forma satisfactoria, mantienen una sólida evolución, y remite a los resultados que en fecha próxima van a presentar estas entidades. Con mayor esfuerzo, y gracias a las provisiones atesoradas y el ahorro de costes, superarán las tensiones Popular, La Caixa y Caja Madrid, agrega. Pero la agencia detecta debilidad en las cajas, en particular en las medianas y pequeñas, y comenta que algunos de sus problemas -menores ingresos, elevados gastos, mayor exigencia de provisiones- ya han salido a la luz en las cuentas de la primera mitad del ejercicio. Bastantes de estas cajas están abordando procesos de fusión.

Tras el respiro del pasado junio y el ligero repunte de julio, la trayectoria alcista de la morosidad vuelve a afianzarse, en este caso con un alza mensual de dos décimas y de dos puntos porcentuales respecto a la registrada un año antes. En agosto, los créditos dudosos sumaron 90.619 millones de euros. Por tipos de entidades, los establecimientos financieros de crédito -más conocidos como financieras- registraron una mora del 9,26%; en las cajas de ahorros la proporción de dudosos trepó al 5,34%, mientras en los bancos se situó en el 4,40% y en las cooperativas de crédito, en el 3,77%. La morosidad experimentó un fuerte impulso con la entrada en suspensión de pagos de constructoras y promotoras, se ralentizó ligeramente con el esfuerzo renegociador de las entidades, y empieza a cobrar nuevo impulso en la medida en que las recuperaciones empiezan a resultar más difíciles.

También hay otros signos de desaceleración del negocio. La inversión crediticia total de los bancos se redujo en agosto el 2,63% en comparación interanual, hasta quedar en poco más de un billón de euros, y de igual modo se redujo el volumen de ahorro total captado por estas entidades en un 1,47% para situarse en 640.091 millones de euros, según los balances publicados ayer por la Asociación Española de Banca.

La crisis potencia la actividad del servicio de reclamaciones del Banco de España. La entidad desvela que entre enero y junio de este año las protestas aumentaron el 81%, hasta un total de 6.512. En todo 2008 este mismo registro se limitó a 7.449 reclamaciones.

Tan brusco aumento se explica por la mayor sensibilidad de los usuarios a raíz de la crisis financiera iniciada en agosto de 2007.Y el instituto emisor reconoce que si bien todas las consultas telefónicas y telemáticas -más de 21.000- han podido ser atendidas en el plazo legal, no ha ocurrido lo mismo con las reclamaciones y quejas. Los usuarios protestan sobre todo por las operaciones de préstamo y crédito. Abundan las denuncias de clientes que no se benefician de las rebajas de tipos de interés, así como las derivadas de situaciones de morosidad, mientras decaen las quejas por el recorte en la remuneración de los depósitos.