Poligamia

Mi amigo Mentxaka, que es un crack y marino al mismo tiempo, con lo que eso supone de horas de reflexión contemplando al ancho mar, ha dado con la solución del asunto. El asunto no es otro que el agua al cuello imperante, la espada de Damocles, la asfixia como norma, y el aprieta de Dios que no ahoga pero poco le falta. Así, a grandes rasgos, casi todo hijo de vecina está contando las monedas del bolsillo para ver si le llegan a billete de cinco euros.

Y disimulando, no vaya a ser que tengamos que dar explicaciones a la cuadrilla del naufragio personal. Hay ruina de primero y sálvese quien pueda de segundo, el postre es un recuerdo del pasado. Porque, claro, dos sueldos de mil euros, en el mejor de los casos, dan para lo que dan: para mortadela los martes y la TDT de un solo canal, a lo sumo.

Y que no falte uno de los dos salarios, por muy pequeños que sean, porque entonces el drama está asegurado; se te juntan, en un año, una ortodoncia, una boda y una avería del coche, y te vas al agujero del susto. Ahora nos parece una barbaridad lo que propone mi amigo, pero en unos años podría ser totalmente normal.

La solución a esta cuerda floja que nos mece está en la poligamia: un hombre y varias mujeres, o una mujer con varios hombres. Por supuesto, todos bajo el mismo techo, trabajando y contribuyendo a la economía familiar. Lo de los turnos de cama y cuarto de baño, habría que organizarlo bien, está claro. Y puestos a elegir, yo creo que la mejor opción es la de una mujer con varios hombres, sin duda; sería mucho más rentable que la del hombretón rodeado de mujeres, esta última es una ruina asegurada.

Además, si la mujer es vasca, o lo que es lo mismo, buena administradora y con una visión práctica, podríamos hacer hasta vacaciones a turnos en pareja. Es más, si los dos hombres fuesen de la misma talla de ropa, podrían compartirla y sobraría dinero hasta para ahorrar. Todo se andará. Pasen buen día.