Sebastián, junto al presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, en la planta de Figueruelas. / EFE
Economia

Sebastián planta al Gobierno alemán para reunirse en solitario con Magna

España busca una salida que garantice la viabilidad de Opel y el mantenimiento del empleo en Figueruelas

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Miguel Sebastián dejará hoy plantado al ministro de Finanzas alemán, Karl Guttemberg, para reunirse en solitario con el máximo responsable de Magna, Sigfried Wolf, en busca de más detalles sobre los planes del grupo austriaco-canadiense sobre Opel y, en concreto, sobre la planta de Figueruelas. No será el único. Peter Mandelson, secretario de Comercio británico, tampoco acudirá.

Guttemberg había convocado, con apenas cuatro días de antelación, una reunión de los países con plantas de la filial de General Motors a la que España considera que no merece la pena ir. Ya en un primer encuentro similar organizado por parte germana, Sebastián criticó que «se nos quiere hacer pagar la factura sin haber visto siquiera la carta», en relación al reparto de ayudas públicas planteado por Alemania para salvar Opel.

En lugar de acudir a una cita para discutir la manera de financiar un plan que vaciaría Figueruela y la dejaría casi sin futuro, Sebastián tratará el asunto directamente con Magna, al que le recordará que la factoría española es la más competitiva de cuantas tiene la marca en Europa. Y dejará claro que lo conocido hasta ahora de sus planes no recibirá, ni de lejos, el apoyo del Gobierno. Magna pretende recortar de forma notable la capacidad de producción en España, despedir a 1.350 trabajadores y eliminar la nave dedicada al troquelado. Algo que ha levando en pie de guerra a los sindicatos y a la industria auxiliar de toda la región.

Firmeza y diplomacia

Siempre dentro del exquisito lenguaje diplomático, Miguel Sebastián ha enviado una carta al ministro Guttemberg que deja bien claro el malestar de España con el proyecto de Magna y con las prisas alemanas por cerrar la venta. En la misiva, el ministro español reconoce la importancia de alcanzar un final cuanto antes, dado el gran número de trabajadores involucrados en toda Europa, pero subraya que España no ve «motivos suficientes para asegurar la viabilidad de la nueva compañía» si ésta cae hoy en manos de Magna.

«Debo decirle que, desde el punto de vista comercial o financiero, no conseguimos entender la deslocalización planteada», afirma Sebastián, quien advierte a Guttemberg que España no busca una nueva Opel «con un permanente soporte financiero público para poder sobrevivir».

Además, añade el ministro, faltan detalles esenciales sobre el plan de apoyos estatales propuesto por Alemania. Sebastián concluye la carta solicitando a Guttemberg «su ayuda para convencer a Magna de que firmar este acuerdo es prematuro».