Los locales mantuvieron mesas vacías durante el almuerzo. / ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

La fiesta se diluye en la calle

Restaurantes y terrazas no logran atraer a clientes en el primer día festivo del otoño Muchos salieron de la ciudad tras los actos de la mañana como un fin de semana cualquiera

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Un grupo de japoneses se hace una foto junto al camarero en la barra de El Faro. Junto a ellos, dos británicos ensayan acento para pedir papas aliñás y un par de cordobeses los miran y se sonríen mientras terminan una cerveza. ¿Dónde están los gaditanos? A pesar de la festividad de la patrona y del buen tiempo que acompañó a la efemérides, bares y terrazas no lograron atraer más clientes que cualquier otro día laborable.

La afluencia de público durante la ofrenda floral ya preparaba los ánimos para la tarde. Cerveza y tapeo en la taberna parecía el plan más razonable una vez que terminaran los ritos. Pero la opción fue volver a casa o salir fuera de la ciudad para almorzar. Ni la playa, que a tantos había atraído el pasado fin de semana como última despedida del verano, consiguió llenar los locales del Paseo.

Para los que se decidieron por el centro, se encontraron con la agradable sorpresa de conseguir mesa o sitio en la barra sin colas ni esperas. «Los que trabajan en Cádiz salen por la mañana y alguno se queda a almorzar. Para los que tienen sus empleos fuera es un día laborable como otro cualquiera», explicó ayer Fran Renda, encargado del restaurante Arte Serrano.

En este caso, aseguró que la situación era muy parecida a la de años anteriores. «Tampoco teníamos muchas expectativas en este día, al ser sólo local y en medio de la semana, no esperamos un lleno completo». La asociación Horeca no había hecho ningún tipo de previsión. «No es habitual hacerlo porque se trata de una festividad que sólo incumbe a Cádiz», reconoció ayer su presidente, Antonio de María Ceballos. La meorología tampoco animó al ocio en la calle. «Cuando amanece nublado, la gente se frena», aseguró el responsable de Horeca.

Fácil aparcamiento

La plaza Mina, un clásico de las tardes de domingo y festivo, tampoco registró ayer el lleno habitual. Lo que llamó la atención de los que se quedaron en el centro fue la facilidad para aparcar en la calle. Ni vueltas para encontrar sitio ni el parking subterráneo como último recurso.

La otra opción para la tarde libre fue salir de la ciudad. El centro comercial Bahía Sur y restaurantes y terrazas de El Puerto fueron los más solicitados. Ayer era difícil localizar un lugar para estacionar en el centro comercial de San Fernando, donde la actividad era la de un día laborable.

La hora del café tuvo más éxito que la del almuerzo. Los gaditanos se animaron y ocuparon las terrazas hasta los minutos previos a la salida de la procesión de la Virgen del Rosario. Las calles del casco antiguo se volvieron a llenar para ver pasar la imagen, lo que devolvió la vida a la ciudad.