Cartas

Analfabetismo

Jerez Actualizado: Guardar
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¡Pobre inculto, no sabe nada!

Por lógica, cuando decimos «no lo sé», «ni idea» o «lo ignoro», expresamos sensaciones de inexperiencia, de nulidad en un tema o disciplina. La cultura es sinónimo de progreso, y, al igual que el amor físico y las prácticas humanas dejan huellas indelebles, el saber beneficia ricamente de por vida, aporta derechos útiles, necesarios y fructíferos.

Hoy, en España, la oportunidad para alfabetizarse y la suerte del saber se adquieren por empeño propio. Basta tener voluntad para alfabetizarse paso a paso, como lo hicieron nuestros antepasados, la m con la a... y lograr conocimientos precisos y rentables para enfrentarse a una sociedad cada vez más competitiva.

Lástima que, adentrados incluso en el siglo XXI, la salud cultural de nuestra sociedad sigue siendo paupérrima, existen millones de personas analfabetas, que aún firman con el pulgar, que no saben escribir ni su nombre, que apenas pueden expresarse y desconocen la alegría del alfabetizado, el jugoso gustazo y disfrute de la lectura, la magia de tantas sapiencias, los infinitos enigmas de universos invisibles, ingrávidos, cuánticos...

Seguimos «en pañales» en muchos temas, la falta de investigadores sólidamente instruidos invita a cometer errores irreparables. Pena que la complejidad de nuestro cerebro sigue siendo, sin duda, uno de tantos misterios que dejamos sin resolver generación tras generación.

Recuerdo a los gobiernos competentes, que para aupar el progreso y el desarrollo socio-económico de un país, primero se incentiva la cultura de la lectura. La consulta de temas en las elegantes bibliotecas públicas de hoy, dotadas de brillantes obras de todas las épocas enriquecen el amor por la sabiduría y los conocimientos de toda investigación.

Siempre agradeceré a mis generosos padres su docta educación y consejos.