Tras el verano la economía familiar se encuentra con la vuelta al cole. / N. R.
Jerez

¿Cuándo descansa el bolsillo?

Con la llegada de octubre viene la pregunta de si los jerezanos ven con cierto alivio un descanso económico tras los gastos escolares

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Es hora de acercarse a la calle a preguntar a los ciudadanos sobre los bolsillos tras los gastos escolares. Cuesta que se hace imposible con la compra de ropa, material de papelería y libros varios. El mes de octubre parece venir la habitual tranquilidad para los bolsillos y con mucho sol de Andalucía sobre el cielo jerezano. Los estertores finales del tiempo veraniego que no acaban de irse.

La plaza del Arenal parece más soleada que nunca y una señora atraviesa la explanada buscando la calle Larga. Viene, sin duda, del colegio Cervantes. «No te creas que el mes de octubre se recibe con mucha tranquilidad. Muchas familias tiran de la tarjeta de crédito para poder atender a tantos gastos extraordinarios y ahora hay que pagar muchas compras del mes pasado», explica. A continuación confiesa que no es su caso.

El clásico grupito de madres, tras la entrada de los pequeños en el colegio, va a la búsqueda de un desayuno que reanime la jornada. «Yo estoy frita, hijo. En los colegios no hacen otra cosa más que pedir. Y la verdad es que no damos abasto», afirma una señora que dice llamarse Paqui. Las acompañantes asienten con la cabeza, y una de ellas agrega que «todo eso de que los libros los da el gobierno no sé para qué servirá porque los cuadernillos que te mandan comprar valen como un libro. Así que las mismas pulgas pero con distinto perro». Asienten el resto muy convincentes.

Los bolsillos parecen que no descansan. Muchos jerezanos dicen tener menor poder adquisitivo mientras que los gastos familiares siguen siendo los mismos, incluso más atenuados en algunos casos. El mes de octubre no parece traer la tregua a la economía doméstica. Habrá que esperar a noviembre. Y casi al mismo tiempo que el Tenorio, vendrán las Navidades y otra vez los mil gastos irremediables. Está claro que esto, según opinan prácticamente la mayoría, es el cuento de nunca acabar.