Un soldado de fortuna británico, en un pesquero./ R. C.
ESPAÑA

Las armas para defender a los atuneros llegarán este fin de semana a SeychellesLa legislación española no contempla la presencia de militares en los pesqueros

Las armadoras han decidido embarcar soldados de fortuna en buques que faenan con pabellón extranjero Son profesionales especializados en misiones de alto riesgo

GERNIKA MADRID Actualizado: Guardar
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Todo preparado para que, a más tardar la próxima semana, los atuneros de las armadoras vascas que faenan en el océano Índico con pabellón extranjero dispongan de seguridad privada a bordo para defenderse de posibles ataques piratas. Esta labor correrá a cargo de soldados de fortuna británicos especializados en misiones de alto riesgo y con experiencia en labores de vigilancia de buques. Las empresas llevaban tiempo estudiando la medida y ante la negativa del Gobierno español a incluir infantes de marina en los barcos, tal y como ha hecho el Ejecutivo francés, han decidido dar un paso al frente para trabajar con «un mínimo de garantías».

«O eso o tenemos que amarrar los barcos porque perderemos los meses buenos en los que se puede salvar la campaña, que empiezan ahora», adelantaron desde una de las, al menos, tres compañías bermeotarras que pondrá en marcha el despliegue. Los trámites administrativos para que estos buques de bandera extranjera -la mayoría llevan el estandarte de la República de Seychelles- pueda introducir profesionales armados «ya se han realizado con el país correspondiente y todo está en regla». Los barcos con pabellón español no pueden embarcar, de momento, seguridad privada.

De hecho, el primer lote de armas destinado a esta misión recalará en la isla de Mahé el próximo viernes vía aérea, mientras que los profesionales encargados de custodiar a los buques lo harán, muy probablemente, antes. Ya no hay marcha atrás e incluso algunas empresas han adelantado para esas fechas los relevos programados inicialmente para mediados de mes con el fin de que los barcos recalen a puerto sólo una vez. Cada atunero dispondrá de cuatro soldados de fortuna a bordo provistos de armas automáticas de largo alcance.

«Se habilitará algún compartimento del barco, como puede ser la sala de oficiales, para que se alojen», explicaron. Asimismo, durante la estancia en puerto a los buques se les dotará de un espacio para transportar las armas con garantías. En la actualidad, alrededor de una treintena de embarcaciones pertenecientes a armadoras vascas, entre atuneros y maciceros, faenan en el Índico y cerca del 60% son de bandera extranjera. Inicialmente, la idea era que estos barcos faenasen en pareja junto a otro de la misma empresa que navegue con pabellón español, pero este extremo todavía no es definitivo.

Nueva alarma

Inicialmente, el contrato con la empresa británica que prestará el servicio será hasta enero «aunque si la cosa funciona podría prolongarse». La inclusión de estos equipos de cuatro soldados de fortuna en cada atunero costará a las armadoras más de 24.000 euros de media al mes, aproximadamente, por barco, además del costo del armamento y munición. «Tenemos que dejar de ser el chocolate del loro para los piratas», recalcaron.

Los marineros que faenan en el Índico subrayan que los barcos franceses no sufren ningún ataque «porque saben que disponen de marines a bordo. Uno de sus patrones me confirmó en otro día que ellos se acercan hasta las 250 millas de la costa sin ningún temor», aseguró un capitán. Precisamente ayer volvió a saltar la voz de alarma al detectar, a escasas 160 millas de las Seychelles pero hacia India, una embarcación que remolcaba dos lanchas fuera borda y que muy probablemente pertenecía a algún grupo pirata.

Cuando comenzaron a escucharse las primeras voces que sugerían la presencia de infantes de marina en la veintena de atuneros de bandera española que faenan frente a las costas somalíes, el Ministerio de Defensa pidió a su asesoría jurídica un informe para valorar la posibilidad legal de esta medida y la respuesta fue contundente. «La operación Atalanta cuenta con sus propios límites y marco normativo», y en el mismo no encaja el embarque de militares en los pesqueros.

Dicha operación, amparada por la UE y la OTAN, no sopesaba esta posibilidad. Tampoco la ley de Defensa Nacional, aprobada en 2005. No porque la niegue, sino directamente porque no hace mención a ella. También la excluye la legislación para solicitar al Parlamento el envío de militares a misiones en el exterior. En suma, ninguna ley nacional la ampara.

¿Y por qué Francia si lo hace?, se preguntan los atuneros. Francia reformó la legislación para introducir esta medida. Más que por razones legales, por un asunto meramente logístico: lleva toda la vida en el Índico y tiene una base militar en Yibuti con más de 3.000 militares, el mismo volumen de soldados que España reparte en todo el mundo.

Asimismo, el operativo militar francés en la zona les permite reforzar la seguridad de sus atuneros con barcos de guerra. Hasta una decena de navíos con 60 soldados se dedican a estas labores mientras dura la temporada del atún.