¿Quién lo iba a decir?

Tanto tiempo hablando de la temida Ley Concursal y ahora resulta que asoma a la vuelta de la esquina justo en la temporada en la que el Xerez ha logrado el sueño de la Primera División.

No entiendo. No comprendo. ¿Acaso no era esto el paraíso económico? ¿Acaso la Liga de las Estrellas no solucionaría todos los males económicos de Joaquín Morales? ¿Acaso no se multiplicarían los ingresos, se reducirían los gastos y se pellizcaría de manera importante los números rojos del Deportivo? Acaso, acaso, acaso...

Estaba equivocado. No hace mucho más de 48 horas me negaba a ver la realidad azulina. Todos nos negábamos, pues ni los propios futbolistas de la primera plantilla del Xerez podían pensar que vivirían pesadillas de años pasados. Al menos, ellos, consideraban que soportarían un año decente en el tema económico -cobrando todos los meses como cualquier hijo de vecino-. Pues ya veremos, porque empiezo a no creer nada.

El remate fueron las declaraciones de Carlos Osma tras la cita entre consejeros. Para empezar el presidente del Xerez desveló cuestiones llamadas a llevar en silencio. Discreción, cuanto menos. Y para terminar, me sorprendió -el xerecismo al completo se sorprendió- al escucharle afirmar que los posibles compradores del paquete de acciones de Joaquín Morales mantendrían el Consejo de Administración actual. ¿En qué cabeza cabe? Por desgracia, parece que no se llegará a esa situación, que otra vez más surgirá algún motivo que rompa el acuerdo, pues son varias las fuentes que apuntan a que la venta se enfría. Esto quiere decir que la Ley Concursal quedará como una salida, pues lo que yo personalmente descarto con rotundidad es que mamá Ayuntamiento aparezca al rescate. Los tiempos han cambiado. ¿Quién lo iba a decir?