Alicia Sánchez Camacho. / EFE
ESPAÑA

Los populares se perfilan como el árbitro de la gobernabilidad en Cataluña

Alicia Sánchez Camacho, la única mujer que opta a la Generalitat, no descarta un pacto con los socialistas

COLPISA. BARCELONA Actualizado: Guardar
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«Aspiro a ser decisiva en el próximo Gobierno de Cataluña». La presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez Camacho, quiere abandonar la soledad en la que vive su partido en esta comunidad desde hace siete años y está dispuesta a jugar un papel protagonista tras las elecciones autonómicas del próximo otoño. No es una ensoñación, es una convicción entre los populares catalanes: «queremos participar en la gobernabilidad de Cataluña y ser decisivos», señalan fuentes de la formación.

El PP catalán llegó a su techo en 1995, de la mano del hoy europarlamentario Alejo Vidal-Quadras. Con 17 escaños en el Parlament y más de 400.000 votos, los populares se aprovecharon de la ola de cambio que recorría España y que un año después se vio refrendada con la victoria de José María Aznar. El PP cree que el escenario actual es similar y sabe que un triunfo a nivel nacional sólo es posible con un PP fuerte en Cataluña.

Los populares han intentado ser una referencia en Cataluña con candidatos de todo tipo: desde Alejo Vidal Quadras a Josep Piqué. Casi siempre ha fracasado. Ahora lo hace con la primera mujer que opta como candidata a la presidencia de la Generalitat. Alicia Sánchez Camacho (Blanes, 1967) se hizo con las riendas del PP catalán hace un año en medio de fuertes divisiones internas. Tres contendientes aspiraban a liderar el PP catalán: el anterior presidente, Daniel Sirera; Alberto Fernández Díaz, que ya ocupó ese cargo, y Montserrat Nebrera.

Hija de un guardia civil

Mariano Rajoy reclamó una candidatura de consenso y como no fue posible, impuso a Sánchez Camacho. La candidata, hija de un guardia civil, emerge como una tercera vía en el PP, más proclive a dialogar con los nacionalistas.

Aunque quieren ser claves en el futuro Govern de la Generalitat, es pronto para hablar de alianzas.

«Primero hay que jugar la partida y luego ver que fórmulas se dan», afirman en el PP catalán. Como escenario previo no descartan nada, pero «no hay pacto de antemano con nadie». Sus posibilidades de gobernar son dobles: con CiU y con el PSC. «Si Convergencia continúa con su deriva independentista apoyando consultas populares, nos dificultan mucho las cosas de cara al futuro», aseguran las fuentes consultadas.

Aun así, esta posibilidad sería bien vista en la dirección nacional del PP para tener un posible aliado, en el caso de que Rajoy gane las próximas elecciones generales y necesite gobernar en coalición. Sería una reedición de los pactos del Majestic. Aznar y Jordi Pujol sellaron en 1996 una alianza que acabó con 13 años de gobiernos de Felipe González.

Existe, no obstante, una segunda opción de Gobierno para el PP catalán, un pacto a la vasca, en el que las fuerzas no nacionalistas, PSC y PP, se unirían para formar un gobierno inédito en Cataluña, donde la dicotomía derecha-izquierda es más pronunciada que en el País Vasco.

Desde las filas conservadoras no descartan nada, si bien se apresuran a afirmar que las «diferencias a nivel estatal entre ambas formaciones dificulta el entendimiento». En cualquier caso, añaden que todo es posible y ponen el ejemplo de Platja d'Aro, localidad de la Costa Brava que estaba gobernada por CiU y que tras una moción de censura votada por el PSC y el PP ha cambiado gobierno municipal.