gastronomía, por José monforte

La primera piedra

Chiclana comienza a desarrollar su museo del vino y la sal con unas jornadas divulgativas en Las Albinas

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Será, de alguna manera, la primera piedra del proyecto, la puesta en marcha de un museo dedicado a dos actividades artesanales típicas de Chiclana, las relacionadas con el vino y con la sal. La bodega Las Albinas, unas antiguas instalaciones de la firma vinatera Primitivo Collantes, acogerá del día 5 al 8 de noviembre unas jornadas divulgativas y una exposición de productos chiclaneros, una primera actividad con la que se quiere dar a conocer el edificio en el que se instalará el futuro museo, ahora en fase de diseño de sus contenidos, unos trabajos que llevarán entre dos y cuatro años, que será el paso previo para abrir las instalaciones.

Las jornadas coincidirán con la celebración, el día 8, del Día Europeo del Turismo Enológico, un aspecto que conmemora la localidad al pertenecer a la asociación de ciudades del vino. En principio están previstas charlas y también degustaciones y exposiciones de productos chiclaneros y actividades relacionadas con la gastronomía. Estas tendrán lugar en la bodega que acogerá el futuro museo.

La nave, situada en la plaza de las bodegas y muy cerca del nuevo mercado de abastos de Chiclana, data de la primera mitad del siglo XX. Se le conoce también con el nombre de la bodega de Guerrero ya que fue comprada por la firma Collantes a este empresario. El Ayuntamiento y la bodega Collantes firmaron en el año 2004 un acuerdo por el que la firma vinatera cedía estas instalaciones para acoger el futuro museo. Se trata de un edificio típico bodeguero con techo alto y dividido en tres partes por columnas. La parte del centro es más amplia y alta que las laterales.

Juan Carlos Ruiz tiene 38 años, es de Chiclana y periodista de profesión. Su vida laboral ha estado relacionada con el periodismo cultural, aunque el mundo de las bodegas chiclaneras lo conoce bien ya que su familia está vinculada a las bodegas Cooperativa, uno de los pesos fuertes del sector en la localidad. Ruiz está llevando a cabo la coordinación del proyecto museístico un trabajo que reconoce que le apasiona y que le está llevando a descubrir miles de historias relacionadas con el vino y la sal.

Pilares económicos

La elección de estos dos contenidos para el museo no es ninguna casualidad. Juan Carlos Ruiz señala que tanto la industria relacionada con la sal como la relacionada con el vino han tenido una fuerte importancia en la ciudad hasta el punto de que fueron dos de los pilares de la economía. Ambas disciplinas también tienen un punto en común y es su pérdida de peso en la economía local. Ahora sólo funciona una salina artesanal en la localidad, la de Vartibas y se ha puesto en marcha también en la localidad un centro de recursos ambientales en el que reproduce la actividad salinera.

También funcionan algunos esteros donde se crían pescados. En este sentido, y con el objetivo de impulsar esta actividad, se realizó a principios de septiembre una fiesta del pescado de estero organizado por la empresa Esteros Manguita y respaldada por el Ayuntamiento.

En cuanto a la actividad bodeguera, subsisten en la ciudad una decena de bodegas que elaboran, sobre todo, jereces y algunos vinos fruto de la plantación de uvas nuevas.

Juan Carlos Ruiz señala que los objetivos del museo son por un lado mostrar la importancia de estas dos industrias y, de alguna manera, tratar de impulsarlas. Precisamente el Turismo ha sido una de las patas que la administración ha encontrado para recuperar la actividad salinera de la Bahía de Cádiz. Así el próximo fin de semana tendrá lugar en el Parque de los Toruños la II Feria de la Sal en la que una de las cuestiones a tratar será la explotación turística de estas instalaciones.

Ruiz señala que ya se tienen localizados un importante número de aperos, instrumentos y documentos relacionados tanto con el mundo de las salinas como con las bodegas, pero la idea es seguir teniendo contactos con personas relacionadas con estas industrias para tratar de que el museo cuente con el máximo de datos. El coordinador del proyecto señala que se hará un llamamiento a los chiclaneros para que aporten objetos o documentos que puedan enriquecer el proyecto. En este sentido espera que estas jornadas divulgativas sirvan para que muchas personas conozcan a fondo lo que se va a hacer.

Por el momento, la inversión definitiva se desconoce ya que esta se fijará cuando se termine el proyecto del museo.