ORSAY

A las primeras de cambio

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Cuatro jornadas. Sólo cuatro han tenido que transcurrir para que a más de uno se le haya empezado a ver el plumero de las prisas. Cierto es que los números, con la cuenta de goles y de puntos a estrenar, no son los esperados. Pero es que quedan por delante 34 encuentros, con sus 102 puntos en juego, y parece que ya tenemos que ir despidiéndonos de la categoría. Dice mi colega David, que viene calentándome la oreja desde hace más de diez años con lo de la desaparición inminente del club, que lo peor está por llegar. Que por su dilatada experiencia viendo a equipos de Primera -como si el resto no hubiéramos visto fútbol del bueno más que en la consola-, si no tienes gente de calidad arriba no te comes un pimiento. Pues si calidad es lo que tenía el Sporting el año pasado, el Osasuna hace dos o hace tres el Racing, y se salvaron... Hasta donde yo sé, los cinco delanteros actuales del Xerez han jugado y goleado antes en Primera. Los primeros en arrojar la toalla han sido los de siempre. Aquellos que abroncaron a los jugadores a pie de calle, o desde sus privilegiadas atalayas, hace menos de dos años cuando perdieron en Chapín ante Las Palmas. Los mismos que hace un año se partían la caja viendo que el grueso de refuerzos -que a la postre resultarían determinantes- llegaban sobre la campana. Esos que este verano hacían de impagables plañideras de Esteban Vigo, tras un paripé de negociación al tiempo que cerraba un «pelotazo» con el Hércules. Yo también asumo mi culpa. Y es que tengo una enfermedad de la que no me quiero tratar: optimismo. El mismo del que es aconsejable impregnarse para atisbar un futuro mejor que este presente engañoso. Y es que en cuatro partidos, el Xerez sólo ha ofrecido una peor imagen en el último ante el Depor. Lo peor que nos puede pasar no es sólo que el equipo entre en una dinámica mediocre, sino que la afición lo haga. Y a juzgar por cómo está reaccionando la mayoría, apuesto que no arrojará la cuchara tan pronto. Sigan disfrutando, que lo mejor está por llegar.