ADIF, Ayuntamiento y Junta están implicados en el desarrollo de este centro de transportes. / M. G.
CÁDIZ

El nuevo mapa del viejo rompecabezas

El Ayuntamiento aprueba el plan de reparcelación de la plaza de Sevilla, primordial para poder desarrollar la zona

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Suena a simple trámite burocrático, pero el plan de reparcelación de la plaza de Sevilla es primordial para empezar a pensar que ese gran nudo de comunicaciones será posible, aunque sea después de que se acaben los ecos de la conmemoración del Bicentenario.

Ayer la Junta Local de Gobierno aprobó definitivamente el plan, que permitirá repartir las parcelas a cada una de las administraciones implicadas en su desarrollo. Aunque pueda parecer una obviedad, se trata de un paso necesario para que cada uno comience a hacer su trabajo. De esta forma, el Ayuntamiento sabe desde qué punto hasta qué punto exacto debe ejecutar los jardines que van junto al lienzo de la muralla. O la Seguridad Social puede saber ya en qué parcela podrá construir el edificio que albergue la Agencia de la Seguridad Social en la zona de la lonja. O para que la Junta sepa en qué lugar irá la estación de autobuses.

El plan, que estuvo sometido a exposición pública, sólo tuvo una alegación, presentada por dos de los miembros del Foro contra del Derribo de la Aduana. Sin embargo, no se admitió, «porque esto no tiene nada que ver con si se mantiene o no el edificio de la Aduana», precisó la alcaldesa, Teófila Martínez.

El desarrollo de la plaza Sevilla prevé que se confluyan en un mismo área todos los sistemas de transportes que llegan a Cádiz: el tren, el autobús urbano, el interurbano, los taxis y el catamarán. Para ello, además de reordenar urbanísticamente toda la zona de Renfe, hay que hacer un aparcamiento en superficie y otro subterráneo (que corresponde al Ayuntamiento), varios edificios administrativos de diferentes instituciones, una estación de autobuses (que deberá financiar la Junta de Andalucía) y un hotel que irá sobre el vestíbulo de la estación, además de habilitar zonas comerciales y una gasolinera de cerca de 700 metros cuadrados, entre otros elementos.

Tras el parón que supuso que Cultura anunciara por sorpresa que se iba a mantener la Aduana, el pasado mes de julio las tres administraciones retomaron los contactos para establecer un calendario de actuaciones. De momento, lo único que es seguro es que el desarrollo completo no estará listo para el Bicentenario.