En la zona es habitual ver movimiento. / LA VOZ
Chiclana

El 'cruising' toma las afueras

El Pinar Hierro se ha convertido en escenario habitual para la práctica del sexo libre y consentido entre desconocidos

CHICLANA Actualizado: Guardar
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La palabreja de marras no viene ni en el diccionario, pero en estos mismos momentos en los que usted lee estas palabras cientos de personas lo practican en toda España.

Es el cruising, una moda importada de Estados Unidos que tiene su origen a finales de los años 70 entre la comunidad gay, y que consiste básicamente en practicar sexo en lugares públicos como parques o descampados, principalmente por parte de personas de orientación homosexual.

Esta práctica, que incluso se ha reflejado en el cine convencional de la mano de una película del mismo nombre protagonizada por Al Pacino y Paul Sorvino estrenada en 1980, ha llegado a Chiclana en los últimos meses.

Su escenario perfecto es el Pinar Hierro, concretamente una zona reservada cercana a la antigua N-340, cerca del cruce de Campano, donde los más atrevidos han marcado su particular campo de acción.

El movimiento de coches y el trasiego de personas con las manos en los bolsillos es habitual desde entonces. Hace unos días LA VOZ cuestionaba sobre la práctica del cruising al encargado de una gasolinera cercana. Ni siquiera él, que pasa muchas horas a pocos metros del lugar elegido para su práctica, sabía nada.

Y es que el anonimato es la clave de este movimiento sexual, similar a otros como el dogging (encuentro sexual entre desconocidos en los que suele haber una chica y varios chicos).

Además, para concertar las quedadas o provocar los encuentros de quien practica el cruising es casi siempre internet. Pero también funciona el boca a boca y ya son cientos las webs y los foros especializados en contactos los que se hace referencia al cruising que se practica en Chiclana. Basta con teclear en la barra de búsqueda de Google la frase cruising Chiclana y aparecen decenas de comentarios de la zona.

Hasta que el principal pulmón verde de la localidad siga en estado salvaje, el Pinar Hierro seguirá siendo un escenario ideal para dar rienda suelta al sexo, ya sea entre hombres solos o parejas heterosexuales. Tan sólo hay que adentrarse unos metros en los matorrales y esperar, ¿estaría usted dispuesto?...