La psicóloga María Jesús Álava.
Sociedad

Mejor para mañana

Los expertos acuñan el término «procrastinador» para definir a quienes dejan a última hora tareas importantes para hacer otras menos relevantes

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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¿Quién no conoce a alguien que siempre llega tarde a las citas, aplaza un trabajo o cancela sucesivamente su visita al médico? Se pensaba que era vaguería o hipocondría, pero los expertos han acuñado un nuevo término para definir a quien lo sufre: procrastinador.

La palabreja sirve para denominar a las personas que demoran, posponen o dejan para última hora una tarea o trabajo de vital importancia para realizar otro que, aunque menos relevante, le genera más placer. Se podría decir que el lema que rige a este colectivo es «por qué no dejar para mañana, o mejor para la semana próxima, lo que podemos hacer hoy». Pero, ojo. No hay que confundirse. Los procrastinadores aseguran no ser unos vagos.

Eduardo García, director creativo de la Agencia de Ideas Alice & Peter y uno de los responsables de la difusión de este término en España, explica que un procrastinador sólo retrasa «las tareas que le resultan pesadas, ya sea porque requieren un esfuerzo físico o intelectual o porque no le gustan». El publicista, quien utilizó este término para promocionar la web de reservas de hotel de última hora hotelonia.com, añade que la diferencia entre un procrastinador y un vago radica en que el primero «se pasa el día haciendo cosas».

En Wikipedia se explica que la procrastinación puede llegar a ser un trastorno psicológico, relacionado con la hiperactividad, es decir, todo lo contrario a ser un vago. La psicóloga María Jesús Álava Reyes discrepa de esta definición. Indica que la procrastinación no se puede considerar un trastorno psicológico como tal. «Es un rasgo del carácter, vagancia con componentes».

Álava define a los procrastinadores como «personas apáticas, con falta de estímulo que buscan miles de excusas para no cumplir con sus obligaciones». La profesional, que trabajó como psicóloga del Ministerio de Fomento y jefa de la División de Desarrollo Profesional de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), comenta que estas personas tratan de venderse bien. «Los procrastinadores no asumen lo que son», señala.

Más tiempo para ellos

De hecho, aunque en tono humorístico, los procrastinadores, que ya cuentan con una sólida presencia en redes sociales como twitter y facebook, donde han sobrepasado los tres mil miembros, solicitan que se les otorguen unos plazos de tiempo más largos para cumplir con sus obligaciones. No obstante, ni ellos mismos esperan cumplir con las nuevas fechas que se les asignen. Lo importante es recordar que todos, en un momento dado, aplazamos nuestras tareas, y que el problema verdaderamente radica cuando estas posposiciones se convierten en un hábito, aplicado a diversos ámbitos de nuestra vida.

Las causas

Los expertos dividen en tres las causas de la procrastinación. La primera, ya mencionada, es la falta de motivación. A esta se le suma la dificultad de las tareas a realizar y la indecisión que impera a la hora de decantarse por alguna de las opciones. Otros incluso mencionan que el exceso de autoconfianza y el pensar que se trabaja mejor bajo presión provoca que se postergue todo hasta el último minuto.

El publicista Eduardo García cataloga a los procrastinadores en dos tipos: los crónicos y los eventuales. Los primeros son los que aplazan actividades en todos los ámbitos de su vida. Mientras, en los segundos estamos incluidos la inmensa mayoría. «Yo me identifico con el personaje de Rocío, de la campaña que hicimos para una web de reservas de hotel de última hora. Ella procrastina porque va buscando la perfección en todo lo que hace», comenta el joven, que preparó esta campaña el día antes de presentarla.