Abortada una reyerta entre ultras

Los radicales del fútbol, los que acuden a los partidos armados con palos, no olvidan nunca y menos cuando se trata de una pelea contra eternos rivales. Por eso, un grupo de aficionados de la peña cadista Brigadas Amarillas había decidido vengarse por lo ocurrido en la edición pasada del Trofeo. En agosto de 2008, la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), conocidos en la jerga policial como los Zodiacos, impidió que la sangre llegara el río al interceptar a un numeroso grupo de Biris-Biris en la antesala de una de las semifinales que disputaron Villareal y Sevilla F.C.. Habían viajado a la Tacita para protagonizar una batalla campal en el polígono Fadricas de San Fernando. Pero la Policía ya los esperaba. En esa provocación no cayeron el año pasado las Brigadas Amarillas, pero un grupo decidió vengarse en la noche del pasado viernes.

Un joven, herido

Sobre las 23.40 horas, cuando el Sevilla estaba a punto de consumar su victoria sobre el Valencia, los Zodiacos que estaban en el interior del Estadio recibieron el aviso de que se estaba produciendo una pelea en la calle Pintor Clemente de Torres, justo enfrente del Fondo Norte. Al llegar, observaron a unas 15 personas que de inmediato se dieron a la fuga; sólo una persona no escapó, se trataba de un joven que fue asistido de una herida en la cabeza, que necesitó ocho puntos.

Los efectivos de la UPR se replegaron y, divididos en dos grupos, se internaron por las calles de la Laguna hasta localizar a diez radicales. Entre los aficionados cadistas había algunos integrantes de la peña Bucaneros, del Rayo Vallecano. Las mismas fuentes explicaron que estos radicales, cuyo equipo ni siquiera participaba en el Trofeo, están hermanados con sus homólogos gaditanos, de los que dicen compartir su tendencia ideológica de izquierdas.

Prueba de la pelea que estaban preparando fue el armamento que, una vez más, los policías les requisaron, evitando así que fuera empleado, en este caso contra los Biri-Biri: cuatro palos, un casco, cinco navajas, dos puños americanos y el objeto más sorprendente de todos, una estaca de afilada punta. Todos ellos fueron denunciados, pero además se enfrentan a una posible detención, ya que los agentes han abierto diligencias al existir una persona herida.

Después de acompañarlos hasta los aparcamientos donde tenían los coches y vigilar su salida, los Zodiacos recabaron información sobre qué había ocurrido y por qué estaban congregados en el exterior del Estadio.