opinión

Paradojas castristas

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El discurso pronunciado por Raúl Castro ante la Asamblea Nacional cubana volvió a mostrar las resistencias que el núcleo castrista del poder continúa imponiendo frente a la eventualidad de una transición hacia la libertad y el progreso en dicho país. El anuncio de recortes sociales por parte del presidente Castro, debido a que la economía cubana no crece más que un 0,8% respecto a la previsión del 6% que manejaba el gobierno, supone que se van a agravar las penurias que ya padecen los habitantes de la isla. De ahí que resulte paradójico que Raúl Castro advierta de que sus planes nada tienen que ver con una transformación capitalista de Cuba, sino que se basan en la continuidad de la Revolución y del socialismo. La economía cubana se ha visto afectada esta vez por la crisis global como tras la caída de la URSS se sumió en una gravísima depresión. A pesar del discurso pretendidamente autárquico del socialismo cubano, es indudable que se trata de una economía sumamente dependiente. Una economía, además, cuyos datos de crecimiento en ningún caso podrían sostenerse con los criterios de evaluación pública que se emplean en las sociedades libres, dado el enorme peso del Estado y del propio ejército en las cuentas cubanas.

Es que, siguiendo con la paradoja señalada, la única forma que tiene de asegurar la continuidad del poder castrista, enarbolando la idea de un socialismo genuinamente cubano, es que la recuperación económica de los países capitalistas se produzca antes de que los recortes sociales incrementen la indignación de los cubanos para, así, beneficiarse del próximo ciclo ascendente en el capitalismo global.