Jerez

Un pasado que supo guardar

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La vinculación de Ortega Sánchez con la banda de Cásper, su habilidad para abrir cajas de seguridad y detalles menos relevantes, aunque curiosos, como que tuviera como abogado al ex prófugo Rodríguez Menéndez; el mismo que estuvo en el objetivo de la organización a la que perteneció el jerezano, cayeron ayer como una bomba en la ciudad que le vio nacer tras ser difundidos por este periódico.

Allegados de la víctima sabían de su paso por diferentes cárceles, pero poco más. La discreción fue una de sus rasgos más característicos en las definiciones que hacía de él la Policía. Prueba de ello es que la operación Orquídea, desarrollada en 1999, fue la actuación que sacó a la luz los negocios de la banda de Cásper, que pese a ser desarticulada, volvió a actuar con posterioridad como quedó demostrado en el robo de los cuadros de Esther Koplowitz, ocurrido en 2001. Pero las pesquisas policiales vinculaban a Cásper y los suyos, entre ellos Ortega que ejercía de lugarteniente, con palos que habían ocurrido hasta cuatro años antes. Sólo un despiste en un golpe a un banco en Yecla (Murcia) en 1998 puso sobre la pista a los agentes. Sin embargo, el jerezano se libró por falta de pruebas de ese juicio.