Un agente sale de la oficina atacada. / NURIA REINA
CÁDIZ

La Policía Local frustra un atraco con rehenes en un banco cerca de Jefatura

Detenidos los dos ladrones, de 53 y 59 años, que utilizaron una pistola de fogueo y un cuchillo jamonero en el asalto Una transeúnte que lo vio desde la calle avisó a los municipales

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A un año de cumplir los 60, Luis V. M., un viejo conocido de la Policía de Cádiz como atracador de bancos, decidió dar el palo definitivo en una caja de ahorros. Lo haría como en los viejos tiempos, a punta de pistola y junto a un compañero: José Luis P. M., de 53 años, otro viejo conocido por sus antecedentes, aunque por delitos de drogas y no por robo.

Para el golpe, eligieron una sucursal veterana en los robos: la oficina de la Caja Rural de la Avenida Cayetano del Toro, junto al estadio Ramón de Carranza, donde en los últimos años han intentado robar al menos tres veces. El momento: ayer viernes, a las dos de la tarde, justo antes del cierre. Así llegaron hasta la avenida en un ciclomotor destartalado. Y esperaron a que llegase la hora.

Eran las dos y cinco de la tarde, y el interventor de la oficina estaba ya en la puerta a punto de cerrar. Entonces, de un golpe, los dos hombres irrumpieron en la oficina con la cara tapada, empujando dentro al joven encargado. Uno llevaba un casco de moto y empuñaba un revolver. Al otro le cubría la cabeza una braga y una gorra, y blandía un cuchillo de gran tamaño.

Dentro sólo quedaban ya la cajera y una sola clienta, que había acudido a ingresar la recaudación de la semana de una tienda cercana. «¡Contra la pared!», gritaron. Y a empellones encerraron a las dos jóvenes en el baño. Mientras, amenazando con el cuchillo al encargado, uno de los atracadores metía en bolsas el dinero de la oficina.

Cercados por los agentes

No había pasado más que un par de minutos desde que los dos ladrones habían entrado en la sucursal, cuando tres policías locales aparecieron por la puerta, dando el alto a los atracadores y encañonándolos con sus armas.

La voz de alarma la había dado una mujer que pasaba junto a la oficina cuando los dos agresores entraron, y que advirtió del atraco a un policía local que cruzaba la Avenida en moto. Al minuto, una patrulla con otros dos agentes se acercó como refuerzo. Y no es de extrañar la rapidez, pues la Jefatura se encuentra a escasos 300 metros de allí.

Tras comprobar el estado de la situación, los agentes decidieron entrar. Al verse rodeado, Luis (el mayor de los atracadores) se encerró con las dos jóvenes en el baño. Mientras, su compañero, a punta de cuchillo, tomaba como rehén al encargado. Éste, sin embargo, logró zafarse y el ladrón, al verse encañonado, rindió al fin el arma. Durante unos segundos, el viejo atracador se hizo fuerte en el baño. Pero pronto debió de pensar que no tenía nada que hacer, sobre todo porque la pistola con la que había intentado robar la caja era de fogueo.

Los dos atracadores fueron conducidos a la comisaría de la Policía Nacional, donde la UDEV se hizo cargo de la investigación. Para entonces, la Avenida se llenaba de curiosos, algunos de los cuáles aseguraban que una tercera persona, que esperaba en la puerta, logró huir al ver a la Policía. Aunque la moto en la que ambos iban a escapar, hallada poco después en la cuesta del Estadio, apenas permitía dos pasajeros. El atraco quedó frustrado gracias a la rápida intervención policial. Y por suerte nadie resultó herido, aunque el miedo volvió a esta sucursal, donde aún recordaban otro robo a punta de navaja, ocurrido ahora hace justo dos años, que también quedó en un susto.