¿Quién quema el bosque?

España, por su situación geográfica más cerca de África que de Noruega, con las temperaturas más altas y elevadas de toda Europa y por el vergonzoso estado de abandono, conservación e higiene en que se encuentran nuestros bosques, cuando llega el verano se convierte en sus cuatro puntos cardinales en un devastador infierno que devora injustamente a sus más firmes defensores, como son los bomberos.

Sencillos y humildes servidores del bien público muertos en el tajo, quizás por la mano canalla y dañina de un pirómano dolorido que ha sido despedido por el señorito de turno. Un bosque puede salir ardiendo por muchas circunstancias, máxime si nuestras altas temperaturas son las más propicias para la provocación de fuegos. Pero no. Y hasta que no se muestre lo contrario, en España existen muchos intereses leoninos.

Nadie se acuerda de Santa Bárbara hasta que no truena. Y aquí, nadie se acuerda del bosque hasta que sale ardiendo. ¿Quién quema el bosque? Los bosques los quemamos todos. Todos somos responsables de este desaguisado injustificado y cruel. Da tristeza y te entran ganas de llorar ver tanta vegetación destruida, tantos animales muertos y tanta tragedia por la pésima política de las administraciones y de los sabiondos de turno.

Cuando un pobre chaval se equivoca con una torpeza menor, le echan varios años de cárcel. ¿Y a los pirómanos? ¿Y a los especuladores? ¿Y a los que mandan quemar sus tierras para cobrar subvenciones? ¿Cuántos años le echan a estos criminales de la naturaleza? Con leyes más severas e inflexibles y con bosques más cuidados y limpios se evitarían muertes inocentes y familias de luto. Ya está bien de tantos lutos...