Berlusconi se dispone a ofrecer una rueda de prensa tras un Consejo de Ministros. / AFP
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«¿Me puedo fiar si no usa preservativo?»

Una segunda tanda de presuntas conversaciones con una prostituta contiene diálogos más explícitos, pero confirmaría que Berlusconi ignoraba su oficio

| CORRESPONSAL. ROMA Actualizado: Guardar
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La parte minoritaria de la población italiana que lee periódicos en papel o Internet siguió ayer una segunda tanda de cuatro grabaciones que la prostituta Patrizia d'Addario registró con presuntas conversaciones con el primer ministro, Silvio Berlusconi y el amigo del magnate que le enviaba chicas, Giampaolo Tarantini. Las televisiones de Il Cavaliere y las públicas, que controla desde el Gobierno, silencian como siempre el asunto. El culebrón durará, pues el verano es largo, el tema, entretenido y hay seis cintas, además de imágenes de móvil que quizá acaben apareciendo. Dentro de lo poco nuevo del serial, el contenido de las grabaciones publicadas ayer por el semanario L'Espresso, datadas en octubre y noviembre de 2008, no se conocía y en realidad es lo más íntimo, lo más privado, que ha salido a la luz: se habla explícitamente de relaciones sexuales. Además se nombra por primera vez a Berlusconi. Los abogados del magnate rechazan estas cintas como falsas.

Las voces identificadas por la revista como de Tarantini y D'Addario, de 42 años, mantienen un diálogo sobre los detalles de la presunta primera cita de ésta con Berlusconi. Ella dice que si se queda serán «mil por la noche». «Mil ya te los he dado, pero si te quedas con él te hace el regalo sólo él...», dice la voz masculina, que añade que «él» no usa preservativo. «¿Pero cómo puedo fiarme?», pregunta ella. «Pero... es Berlusconi», responde su interlocutor. Otra grabación reproduce una supuesta conversación, dos semanas más tarde, entre el jefe del Gobierno y D'Addario, mientras desayunan tras pasar la noche en la segunda cita, asegura la revista. Ella se queja de que al principio le hizo mucho daño. «Venga ya, no es verdad», replica la voz masculina. En las otras dos cintas simplemente se oye divagar, presumir y decir tonterías al estilo de Berlusconi a la voz señalada como suya.

Leyendo o escuchando los diálogos -que ayer estaban en internet- y ante tal intromisión de la intimidad surge la misma duda: ¿Y qué? No se ve dónde está el delito. La investigación abierta por la Fiscalía de Bari, que ha confiscado las cintas de D'Addario con nulo éxito del secreto de sumario, es contra Tarantini por presunta inducción a la prostitución. La justificación de su difusión es demostrar -teóricamente, porque no se puede probar que la voz sea de Berlusconi y su validez legal es remota-, que el primer ministro mintió al tachar como «falsedades» las primeras informaciones sobre este escándalo. No obstante, a nadie se le escapa que Italia no es Estados Unidos.

«Él te toma por amiga»

Sin embargo, paradójicamente, el diálogo anterior sobre el preservativo entre las voces atribuidas a D'Addario y Tarantini concluye con una frase que daría la razón a Il Cavaliere. El interlocutor identificado como de Tarantini dice a la chica: «Tú decidirás, pero él no te toma por una escort (prostituta), ¿entendido? Él te toma como una amiga mía que he llevado». Tarantini, un joven empresario en ascenso de Bari, ha declarado precisamente que llevaba prostitutas a Berlusconi, pero que las pagaba él sin conocimiento del primer ministro, presentándolas como amigas, para ganarse su favor y aprovecharse luego de esa influencia.

Este detalle no es menor, pues parte del escándalo se basaba en que el jefe del Ejecutivo hacía fiestas con prostitutas y su desmentido inicial sobre la polémica era acerca de que celebraba veladas con mujeres pagadas. Curiosamente, este pasaje de las grabaciones había permanecido inédito hasta ahora. Otros factores polémicos son la presunta hipocresía del líder de la derecha, si es causa de asombro para alguien, y que D'Addario fue presentada después en las listas municipales de Berlusconi en Bari, como otras modelos sin oficio ni beneficio que pueblan el partido del magnate. Según un sondeo de 'La Repubblica', principal diario de oposición, la popularidad del primer ministro ha bajado cuatro puntos en dos meses, pero sigue en el 49%. Aunque no es el 61% del que presume Berlusconi.