CALLE PORVERA

el avión de mohamed

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Mueren decenas de ellos a diario. Su imagen de desesperación, de soledad y de indefensión permanente invade nuestras pantallas hasta el punto de que parece que nos hemos acostumbrado a convivir con su fatalidad. La situación de los inmigrantes se agrava por días, y muchos nos preguntamos continuamente qué hacen sus gobiernos por ellos, que pasan la patata caliente a otros que acaban convirtiéndose en los responsables o garantes de un futuro más bien incierto para estas personas. Cada vez que yo veía el despilfarro, el cinismo y la falta de sensibilidad del monarca marroquí, incapaz de hacer nada por los suyos, se me llevaban los demonios pensando en lo bien que estaría en su mansión viéndolas venir.

Ahora, sin embargo, el tal Mohamed ha sorprendido al mundo con una dosis de humanidad y generosidad fletando un avión para el cadáver del pequeño Ryan. Un fallecimiento trágico y doloroso, sí, pero que no deja de ser una víctima de un sistema con goteras de cuyos errores ninguno de los presentes estamos a salvo. ¿Qué pasa, sin embargo, con los miles de súbditos que el rey ha visto morir buscando un porvenir en otras tierras, que le está vetado en la suya propia? ¿Esos cadáveres tienen menos derecho a ser enterrados dignamente?

Y peor aún, ¿qué hay de los vivos que subsisten aquí como pueden, qué ayuda les presta a esos? Tras estos interrogantes, no puedo menos que considerar que detrás del gesto de Mohamed se esconde una maraña de intereses, muy alejada de la verdadera preocupación que debería sentir por los suyos. Cuando perecen en estos mares huyendo de la vida que les depara en su país no merece la pena mover un dedo, y nadie tiene la culpa de eso, pero cuando uno de ellos muere por un error médico rápidamente mueve cielo y tierra, y entonces sí existen culpables claros sobre los que descargar la ira.