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De la Isla a Chamartín con doce años

Cádiz Actualizado: Guardar
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osé María Reguera es un chaval de 12 años de San Fernando, buen estudiante, y nunca da problemas en casa. Su gran pasión es el fútbol, y a los siete años comenzó a jugar al deporte rey de delantero centro en diferentes equipos de su ciudad, aunque casi desde que nació sus padres lo recuerdan dándole patadas a un balón. Hasta aquí todo normal, pero que a sus doce años se hayan interesado por él equipos como Cádiz, Osasuna, Barcelona, o Real Madrid, indica que este joven isleño tiene algo especial.

Su habilidad con los pies llevará a José Mari a integrar parte del Real Madrid a partir de septiembre. El club merengue ha sido quien convenció a sus padres y al chico para que se aventurara a probar suerte en los infantiles de una de las canteras de mayor prestigio del fútbol mundial. José María García, el padre del chico, fue futbolista también en el Real Madrid, Cádiz, Badajoz y Chaves de Portugal. Pepito, como es más conocido en el mundo del balompié, sabe bien lo que le espera a su hijo. Él también tuvo su primera gran oportunidad en el Real Madrid. A los 17 años el club blanco requirió sus servicios para formar parte del juvenil A, y ahora compartirá sus experiencias con su vástago para intentar allanarle el camino lo máximo posible.

Su padre cree que lo más difícil para él será el periodo de adaptación. «Yo llegué con 17 años y lo pasé bastante mal. Si supera los seis primeros meses José lo tiene todo para llegar al primer equipo, claro que la suerte es un factor determinante, y cualquier percance, puede truncar la carrera de un deportista». Por ahora José Mari no tiene miedo y siempre dice que «si Messi e Iniesta aguantaron a su edad, yo también».

Pepito destacó en la punta del ataque, al igual que el pequeño José Mari y no duda en comparar su juego con el de su hijo: «No somos delanteros muy parecidos. Él es zurdo y tiene muchas condiciones. Es más rápido y habilidoso con el balón que yo, pero dentro del área creo que me movía mejor que él. A José le gusta buscar el balón desde más atrás del área rival».

En esta primera temporada José Mari se marchará solo a Madrid y convivirá en una residencia con futbolistas de la cantera madridista en Valdebebas. El joven delantero tiene un hermano de ocho años que también comparte ya el amor por el fútbol que se respira en casa pero sus padres no quieren llevárselo de La Isla tan joven. No obstante, sus padres lo visitarán cada fin de semana. Quieren ver como le va este primer año. «Si se asienta en Madrid el año que viene nos iremos al piso que tengo allí», asegura el padre.

Todo apuntaba a que su destino estaría más al norte, pues la familia lo tenía todo apalabrado con el Osasuna hasta que el Madrid llamó a la puerta. «Llevamos al chico a hacer unas pruebas a Pamplona, invitado por los técnicos de Osasuna. Y José deslumbró a todos, se hablaba de él por toda la ciudad. Lopetegui, responsable de la cantera del Madrid es pamplonica y se enteró. Así que rápidamente me llamó para hacer una prueba. El día de la prueba Jose tenía 38’5º de fiebre, y estuve a punto de no llevarlo. Pero jugó y marcó el gol de la victoria».

El Barcelona también se interesó por José Mari el año pasado pero «aún era muy pequeño» y sus padres decidieron rechazar la oferta de prueba durante tres meses. Aquí primó el aspecto educativo ya que si tras estos tres meses el Barça no contaba con el chico perdería un año entero de colegio al no poder matricularse luego en un colegio de San Fernando. El Real Madrid tiene bien cubierto este flanco y ya han matriculado al isleño en el centro bilingüe SEK El Castillo, de reconocido prestigio en la capital madrileña. Para José Mari será difícil repetir los 65 goles de la temporada pasada, 14 de los cuales los consiguió con el equipo cadete siendo infantil en el Lestonac de San Fernando. Pero él lo tiene claro: «Estoy muy contento pero en estos dos años que hemos firmado me voy al Madrid sobre todo para aprender». Su padre es quien más confía en él y comenta que los técnicos comparan ya a su hijo con Raúl, por su brega, «pero él regatea mejor». Pepito dice de Jose que «es un chaval que al estar acostumbrado a jugar con chicos más grandes y no se achica con nadie». Su padre es quien más confía en él: «José Mari es muy valiente y tiene mucha calidad, yo llegué a jugar sólo 12 partidos con el primer equipo del Madrid pero él lo tiene todo para triunfar allí».