LA ESPINITA CLAVÁ

Visa para un sueño

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Aestas alturas ya estarán de vuelta a sus países o aprovechando sus últimos días en Cádiz. Han sido 13 los jóvenes latinoamericanos que vinieron para participar en dos seminarios organizados por la Universidad de Cádiz. Y eran 13, pero podían haber sido 14, porque el décimo cuarto se quedó en Colombia. No es que le diera miedo volar. Sucedió ese capítulo irritante, humillante y que podría ser trágico de no ser por la frecuencia con la que se produce: Problemas con su visa. «¿Con la de Oro?», podría preguntar cualquiera. No, con la de verdad, con la que te permite viajar a cualquier país sin que un hombre te pida desde la ventanilla de un consulado hasta el RH de tus bisabuelos. La mayoría de los que contamos con un pasaporte 'de los buenos' no sabemos a qué hace referencia esa famosa canción de Juan Luis Guerra: Buscando visa para un sueño. No son los cartoncitos plastificados con los que compramos los últimos caprichos tecnológicos. Es un sello, un papel timbrado que conduce directo al Paraíso, sin pasar por aduana.

En los países latinoamericanos la gente hace fiestas en los barrios cuando a uno de sus vecinos le dan una Visa (visado) para Europa o Estados Unidos.

Eran las siete de la mañana/ y uno por uno al matadero/pues cada cual tiene su precio/buscando visa para un sueño. Aquella canción iba dedicada a los que hacían cola en la Embajada de Estados Unidos. Pero ahora somos nosotros, España, los que decimos 'no'. Dijo el rector, Diego Sales, a los estudiantes latinos: «Ustedes son españoles de otro hemisferio». Y al oírlo, seguro que pensaron: «Dios te oiga».