Humoradas

Un rumano toca el acordeón, Ronaldo toca el balón, y al grito de «un, dos, tres» (¡hala una treta!), ni crisis ni recesión, sólo en la presentación vende tres mil camisetas. A ochenta y cinco del ala (una venta del carajo), ni con carga de trabajo llegará ahí Las Aletas... (otro rumano postula) ¿Es suficiencia? ¿es pecado? ¿es un augur? ¿adivino...? Hhh, son las leyes del mercado que maneja Florentino, y ya sea aigur o han (tal vez le importe un pepino) la cuestión es que los chinos le den consistencia al plan: camisetas (por el diente de oro lo sé); es su meta, y ya ha encargado... la tira. Lo decía Campoamor, «Todo es según el color del cristal con que se mira» (bueno, y porque es rumano). Ripios aparte es un arte el mundo en contradicción: mientras corren en Pamplona los encierros del patrón, paraos de la construcción se encierran con la patrona; o en una loma, un entierro, de un blanco que nació negro, arrasa en televisión... (busque, si pende de un hilo, en los discos de vinilo, vaya que tenga algún Jackson... pelotackson). Lo demás, lo de diario, Delphi agota el calendario, Cádiz sonríe (por los cojones), más millones para el puente y un turista entre la gente pregunta en los Callejones «¿Para La Viña?» ¡¡¡Subee, niñaaa!!! «Siga la voz». Toalla, playa y caballa, contra la virtud el vicio, somos ciudad de servicio, de Tiempo Libre (y atado, por otro lado), de tiempo acumulado, aluminosis, iluminosis, fantasmas que nos espantan, derribos que no derriban ni se caen ni se levantan, bacterias asesinas, tanguillos en las esquinas, y mire, muchas pamplinas (carnesita de gallina... ¿eso qué es, joé?), vis cómica... y otra fiesta gastronómica (se asolapa), Cabronada Popular: huevos con papa. ah, y hoy ya llega la calor... Qué punto el de Campoamor, «En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira» (pero eso era un tango, fijo...lo del rumano).