Eficiencia

Hemos de reconocer que, en contra de la estrategia publicitaria que la Directiva puso en práctica en las últimas campañas -en las que, para lograr la eficacia, fijaba unas ambiciosas metas capaces de entusiasmar al mayor número de abonados- en esta campaña de captación, los dirigentes de club amarillo han optado por diseñar un plan cuyas coordenadas son la moderación y sobre todo, la eficiencia. Prefieren que todos seamos realistas y que, desde el primer momento, se aprovechen minuciosamente todos los recursos económicos y deportivos sin despegar los pies del suelo de nuestra realidad social. Por eso han decidido concentrar toda la atención -y la ilusión- en cada uno de los sucesivos escalones que, de manera segura, el club ha de subir. En esta ocasión, no se han lanzado eslóganes prometiendo un seguro ascenso a la División de Honor ni se han entonado jubilosos himnos que proclaman a los cuatro vientos que somos invencibles. En vez de anunciar fichajes de astros internacionales jubilados, Julio Peguero está repasando cada una de las plantillas de los equipos de Segunda B con el fin de contratar a jóvenes valores con hambre de triunfo, con ganas de crecer y dispuestos a sufrir. Ésta es, a mi juicio, la forma más adecuada para lograr que el club mejore asentándose sobre unas bases económicas más sólidas, que la plantilla eleve su calidad técnica y que la afición aumente su confianza. De esta manera se evitarán esas amargas frustraciones que, en anteriores temporadas, hemos sufrido. Es en este paréntesis veraniego donde se fijan las bases de los proyectos deportivos duraderos y donde se han de ajustar los números para que los presupuestos económicos resulten equilibrados. Tengo la impresión de que, finalmente, han aprendido que, a veces, lo peor no es la pesadilla, sino el despertar.