Anna en las instalaciones de su empresa. / VÍCTOR LÓPEZ
BIOGRAFÍA

Gusto por el trabajo

Una de las actividades de esta firma permite que una playa regenerada tenga el mismo aspecto que antes de ser transformada

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Uno de los principales objetivos de Anna Herrera a la hora de enfrentarse a una nueva jornada laboral es disfrutar del trabajo. «Ir a un trabajo que no gusta es un infierno», asegura. Su empresa se llama Anfitrix y cuenta ya con dos años de existencia. Se dedica a la realización de estudios de impacto medioambiental en medios litorales. No en vano es licenciada en Ciencias del Mar. No obstante, también los realiza para tierra firme. Otro de sus ámbitos de trabajo es el de llevar a cabo proyectos de obra y de adaptación a la normativa medioambiental.

Comenzó su actividad actual con una beca de la Universidad de Cádiz para hacer controles sobre la arena que se dragaba del fondo del mar para regenerar playas. Estudiaba muestras de la extraída y las comparaba con la que ya existía en la playa de destino. El objetivo era garantizar que la textura y aspecto de las playas fuera tras regenerarla igual que el que tenía antes de haberlo hecho. A partir de ahí inició su carrera profesional como trabajadora autónoma. Así pasó varios años. Las cosas iban bien, el trabajo llegaba y necesitó contratar personal.

Innovación

Por aquel entonces cambió su denominación jurídica y nació la empresa Anfitrix como tal. De eso hace dos años. Ahora cuenta con cuatro empleados fijos y personal eventual que contrata en función de la demanda de los proyectos pendientes. Emprendedora nata, Anna asegura que le gusta asumir retos, cosas que no haya hecho profesionalmente con anterioridad. «Siempre había pensado en trabajar por mi cuenta, da más satisfacciones ser tu propio jefe», corrobora. Por ahora trabaja principalmente en la provincia de Cádiz, aunque tiene planes de expansión por otras provincias andaluzas. Para ello le será de gran ayuda el proyecto de software que la empresa tiene en fase de desarrollo en la actualidad. Se trata de un programa informático que realizará cálculos sobre el tamaño de los granos de arena. «Es un programa informático poco común que nos permitirá ahorrar mucho tiempo porque gestionará los datos de forma más eficiente», explica Anna.

Esta inversión en innovación hará más competitiva su empresa. En Anfitrix han trabajado en este proyecto interno durante nueve meses. Esperan tenerlo operativo en enero y que les permita reducir costes futuros. Uno de los proyectos que ha llevado a cabo la empresa y que más satisfacciones dio a Anna tiene que ver con los cangrejos violines que tienen su ecosistema en las playas de Río San Pedro. Hizo un estudio que demostró que estos crustáceos no sólo sobreviven al paso de los bulldozers cuando se esconden bajo la arena, sino que la presión de la columna de agua que soportan cuando llega la pleamar es aún mayor. Los resultados de este trabajo se han publicado en varias revistas especializadas.