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La estatua prende su corona

El monumento más famoso de Estados Unidos reabre al público ocho años después de los atentados del 11 de septiembre

| NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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Estados Unidos celebra hoy el 233 aniversario de su independencia con la mirada puesta en Nueva York donde la Estatua de la Libertad, su monumento más emblemático, reabre al público tras casi ocho años cerrada a cal y canto a raíz de los atentados del 11 de septiembre. Para dar más brío a la ocasión, la ceremonia de los fuegos artificiales del 4 de Julio se desplaza este año a orillas del río Hudson, donde se encuentra el pequeño islote de Liberty Island que flanquea la entrada por mar a la metrópolis de Manhattan.

Desde que se produjo el cierre, la masa constante de visitantes que quiere conocer la estatua ha podido desplazarse en barco hasta su emplazamiento y fotografiarse a la sombra del monumento. Pero para muchos el premio es incompleto si no logran acceder al interior y subir por una escalera de caracol el equivalente de 12 pisos hasta acceder a su hermosa corona. El sitio es un observatorio perfecto de la ciudad y de su bahía, dominada por los rascacielos y los puentes de Brooklyn y Verrazano.

Horas después de la caída de las torres gemelas el presidente Bush ordenó el cierre del monumento porque no cumplía con los requisitos de seguridad. Ahora, el Departamento de Interior que dirige Ken Salazar considera que se han mejorado esos estándares con el refuerzo sobre todo de la vigilancia y un plan que restringe drásticamente el acceso de personas. Durante los dos próximos años, Lady Liberty solo aceptará la visita de 240 turistas al día a un ritmo de 30 a la hora. Con esos promedios no es de extrañar que la primera tanda de tickets que se pusieron a la venta el pasado 13 de junio se agotaran en un abrir y cerrar de ojos.

50.000 personas

Las estimaciones actuales cifran en unas 50.000 las personas que podrán visitar la corona el primer año, cantidad que podría doblarse posteriormente. No acaba de establecerse un método para distribuir las entradas aunque las autoridades trabajan para que sea un proceso «justo y equitativo».

La decisión de reabrir la corona ha sido interpretada como una victoria de Anthony Weiner, un demócrata que ha dado la batalla para que el Gobierno reabriera la única gran atracción de Nueva York. Los accesos a la base de la estatua fueron reabiertos en 2003 después de una inversión de 14 millones de euros. Pese al esfuerzo por actualizar las instalaciones, responsables federales previenen de que las especiales características de la corona harían complicada una operación de rescate en caso de emergencia.

En una comparecencia en el Congreso en 2007, el director del Servicio Nacional de Parques aseguró que su creador, Frédéric Bartholdi «nunca pretendió diseñar la Estatua de la Libertad como algo para entrar o ascender por su interior». La escalera que lleva a la corona se creó para los trabajos de mantenimiento no para un «uso masivo» de las personas.