Los juzgados de la nueva era

Sin prisa pero sin pausa. Este es el lema que define el proceso de reforma al que está siendo sometida la sede judicial de la avenida Tomás García-Figueras, que empezó hace dos años y cuya fecha de finalización, debido a la ingente cantidad de tareas que requiere, aún permanece en el aire. No obstante, y a raíz de las continuas quejas sindicales, la Delegación provincial de Justicia quiere dejar claro que las obras orientadas a mejorar las instalaciones no paran y siguen curso, siempre teniendo en cuenta que se trata de una labor lenta que ha de hacerse a la vez que los funcionarios desarrollan su trabajo, lo que dificulta aún más la situación.

Francisco Miguel Sin, arquitecto de la Delegación, ha salido al paso de las críticas aseverando que las medidas exigidas en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales se están cumpliendo a rajatabla, pero de manera escalonada debido a todas las adaptaciones que necesita. Así, una de las iniciativas que resalta es la instalación de ascensores en cada hueco de escaleras, con lo que las barreras arquitectónicas con las que contaba el inmueble se han eliminado.

«Estructuralmente el edificio aguanta perfectamente -argumenta el profesional-, lo que ocurre es que las carpinterías son antiguas y la mezcla de solerías viejas y nuevas da malas sensaciones, pero eso se irá cambiando progresivamente». Las próximas actuaciones que se contemplan son las reformas del Servicio Común, el Servicio Central y el Juzgado de Guardia, cuyos proyectos se encuentran pendientes de la correspondiente licencia municipal, que en caso de llegar en un corto espacio de tiempo favorecería que las obras pudieran comenzar en septiembre.

En el caso del Servicio Común, la idea es dejar un espacio lo más diáfano posible, mientras que el Juzgado de Guardia habría que rehabilitarlo por entero y crear un vestíbulo, al igual que en el Registro Civil, donde se prevé habilitar un espacio mucho más amplio con la salida de uno de los juzgados de la planta. Una de las prioridades de la Delegación, como subrayó el arquitecto, es la de que cada órgano cuente con una sala de vistas renovada y presente el aspecto del de Violencia de Género, de reciente implantación.

Del mismo modo, Sin recordó las obras llevadas a cabo en Forensía, así como la intención de levantar unos nuevos aseos públicos. «Esto es como un puzzle, vamos encajando poco a poco las piezas. Muchos proyectos ya están presentados, lo que pasa es que cada uno requiere su licencia, su inversión y su tiempo». Lo que sí manifestó con rotundidad es que «no necesitamos un edificio nuevo, porque cada vez hay más dinero invertido en éste». Concretamente, cada proyecto de renovación de los cinco ya finiquitados ha supuesto alrededor de 150.000 euros, además de los 90.000 que se acaban de presupuestar para el sistema de alarmas.

Los cuadros eléctricos y la iluminación en general también están siendo renovados, sin olvidar el Plan de Autoprotección del recinto que se está ultimando en estos momentos, y que incluirá la formación de los funcionarios en primeros auxilios, a través de un curso de salud laboral, que también contemplará el estudio psicosocial de la plantilla tan demandado por Comisiones Obreras. Asimismo, el arquitecto recordó que ya no existe riesgo de inundaciones gracias al cambio de cubiertas, y que una empresa especializada está realizando un plan para renovar las ventanas y el exterior del edificio, que sustituirá su aspecto «decadente» por otro metalizado mucho más moderno.

En definitiva, una serie de arreglos que llevan su tiempo pero con los que Justicia confía en dar respuesta a las necesidades de usuarios y funcionarios, garantizando unas condiciones «dignas» que satisfagan a todos los interesados.