Rajoy se impone a Zapatero y toma aire

A la quinta. Tras las derrotas de las generales celebradas en 2004 y 2008, de las europeas de hace cinco años y de las autonómicas de 2007, Mariano Rajoy logró anotarse ayer su primera victoria electoral sobre José Luis Rodríguez Zapatero, si se exceptúan las municipales de 2007. Por la mínima, algo menos de cuatro puntos y dos escaños, y tamizada por la desidia general, pero victoria al fin y al cabo.

Los peores temores respecto a la abstención no se hicieron realidad. Al final, acudieron a las urnas el 46% de los 35,5 millones de ciudadanos con derecho a voto, apenas unas décimas más que en 2004, elecciones que batieron un récord histórico de abstención. El índice de participación de los españoles es, además, tres puntos más alto que la media del resto de Europa, donde cayó en torno a dos puntos en relación a 2004.

La reducción de la presencia española en el Parlamento Europeo, consecuencia de la ampliación a 27 del número de países miembros de la UE y el descenso general de escaños en la Eurocámara, hace muy difícil la comparación en cuanto al número de diputados. Si en 1999 las urnas repartieron 64, en 2004 fueron 54 y en la legislatura que hoy empieza, los europarlamentarios de España serán sólo 50.

Con esta salvedad, la lista que encabeza Jaime Mayor Oreja será la más nutrida de cuantas representen a España en el Parlamento Europeo, con 23 europarlamentarios. El PP se impone gracias a 6,6 millones de papeletas, el 42,25% de las depositadas en las urnas. El 'caso Gürtel', la trama de corrupción en la que se ha visto envuelto el partido que lidera Rajoy, no parece haber pasado factura a una formación que mantiene su fortaleza en Madrid y la Comunidad Valenciana, los dos territorios en los que se desarrollan las investigaciones judiciales que tratan de averiguar lo ocurrido con las empresas de Francisco Correa.

Preocupación socialista

Castilla y León, Galicia, La Rioja y Murcia se confirman como feudos populares de una solidez a pruebas de convocatorias electorales. Y en la risueña lectura que de los resultados electorales puede hacer la Ejecutiva del PP tendrá lugar de honor Castilla-La Mancha, donde las huestes de Dolores Cospedal se han impuesto nada menos que por doce puntos de distancia (51,4% sobre 38,8%) a los socialistas que encabeza el heredero de José Bono en la región.

En el otro extremo, Rodríguez Zapatero vivió ayer su primera gran derrota electoral frente a Rajoy desde que es secretario general del POSE, descontadas las municipales de 2007, que perdió por 190.000 votos. En medio de la mayor crisis económica de la que tienen memoria los votantes que acudieron a las urnas, el PSOE se hizo con 6 millones de votos, el 38,5% de los emitidos y 21 escaños en la Eurocámara, lo que no es un mal resultado. Pero es una derrota al fin y al cabo.

La comparación es equívoca, pero sirve como demostración de lo ocurrido: respecto a las generales de marzo de 2008, el PSOE ha perdido 5,4 millones de votos, casi la mitad de las papeletas, y cinco puntos porcentuales. Al cabeza de lista socialista, Juan Fernando López Aguilar, le faltó tiempo para dar la enhorabuena al ganador y tener un recuerdo para los españoles afectados de una u otra forma por la recesión económica. No lo dijo, pero muchos compañeros de partido creen que ellos son los que dieron la victoria al PP al optar por quedarse en casa y no acudir al colegio electoral.

El PSOE tiene un segundo motivo de preocupación. Frente a la fortaleza de los caladeros populares, los fortines socialistas flaquean. Andalucía, Extremadura, Aragón o Asturias siguen siendo territorios de la izquierda, pero en los cuatro el partido de Rodríguez Zapatero cae con la misma fuerza con la que crece la oposición. En Cataluña, la abstención alcanzó tal nivel que perjudicó a todos por igual, pero más a los socialistas que al resto.

Como ocurre desde que España es miembro del club europeo, la distancia entre PP y PSOE y el resto es sideral. La noticia de la jornada la protagonizó Unión Progreso y Democracia (UPyD). El partido que lidera Rosa Díez ya fue protagonista de la jornada electoral de marzo de 2008, al hacerse con un escaño para su presidenta en el Congreso, y ahora consigue un hueco en Europa, donde estará representado por Francisco Sosa Wagner, que obtuvo más de 446.000 votos, el 2,88% de los emitidos.

Los otros

UPyD se dio el lujo incluso de superar a Europa de los Pueblos, coalición nacionalista radical que entre otros engloba a Esquerra Republicana de Catalunya y el Bloque Nacionalista Galego. Su único escaño será ocupado por el catalán Oriol Junquera gracias a 390.000 votos, el 2,52% de los emitidos.

La tercera fuerza fue la Coalición por Europa, que con 800.000 votos, el 5,07%, consigue dos escaños para representantes de las dos principales fuerzas integradas en la alianza: Ramón Tremosa, de Convergencia i Unió, e Izaskun Bilbao, del PNV.

Respecto a 2004, el PP pierde unos 200.000 votos y el PSOE, prácticamente, el doble. Izquierda Unida puede celebrar por fin un buen resultado. Pese a la desaparición de sus dos caras más conocidas, Gaspar Llamazares y Rosa Aguilar, la coalición de izquierdas consigue 583.000 papeletas, un 3,73%, y mantiene sus dos escaños.