Francis refleja el sentir de todos sus compañeros, que ayer se pegaron un batacazo en Tenerife. /J. C. CORCHADO
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El Xerez se achicharra y se queda sin fiesta

El equipo azulino cayó con justicia en Tenerife, nuevo líder, y sigue sin celebrar el ascenso La roja a Ricardo dejó a los de Esteban Vigo con un hombre más durante 60 minutos

| ENVIADO ESPECIAL A TENERIFE Actualizado: Guardar
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El ascenso tendrá que esperar una semana más. Se alarga otra vez una agonía que ya agota, que cansa, que está convirtiendo el sueño en pesadilla pues el Xerez puede acabar trastornado, desquiciado por ver como tiene el sueño de toda una vida justo en sus narices y no es capaz de hacer un simple gesto con la mano y alcanzarlo, agarrarlo bien fuerte y poder soltar toda la tensión y la euforia contenida.

Y no pudo ser porque el Xerez cayó derrotado en el Heliodoro Rodríguez López ante un gran Tenerife que, además, convirtió su estadio en un auténtico infierno azul y blanco en contra del cuadro xerecista. No fue malo el partido que realizaron los hombres de Esteban Vigo, pero sí peor que el cuadro de Oltra. Los chicharreros se adelantaron en el marcador, se quedaron con un jugador menos y, aún así, tuvieron la capacidad de frenar los argumentos del Deportivo. Cuando no llegaron, se aliaron con la diosa fortuna, que ayer desviaba todos y cada unos de los intentos xerecistas.

Esteban y sus hombres necesitaban un único punto, sólo un pequeño paso, pero había que darlo desde el infierno. A esa caldera llamada Heliodoro Rodríguez López, Esteban salió con su once de gala.

Un partido, por fases

El Tenerife no pudo arrollar de inicio. Saltó al prado del Heliodoro con una marcha más que los de Esteban Vigo, pero el cuarto de hora inicial se esfumó sin dueño, ni control, ni posesión ni llegadas. El primero de los disparos a puerta cayó en la portería que defendía Aragoneses, pero ni tan siquiera tuvo que rozar el lanzamiento de Momo, pues salió por la línea de fondo sin fuerza ni puntería.

Esa llegada sólo sirvió para hacer reaccionar a un Tenerife que proyectó su inercia hacia sus estrellas. Nino se puso el traje de los grandes asistentes para meter un pase en profundidad perfecto hacia Alfaro. Aythami rozó esa bola pero no alcanzó más que a dejársela en bandeja al delantero sevillista, que superó a Chema con una bonita vaselina con la que el Tenerife se adelantaba y sacaba al Xerez de la Primera División.

Fueron los peores momentos del Deportivo, que nervioso e impreciso era incapaces de salir de su campo. Fueron muchas jugadas encadenadas que culminaron con una entrada criminal sobre Carlos Calvo. El madrileño arrancó casi desde su área para montar una contra solitaria que asesinó Ricardo con una entrada de roja directa. Iglesias Villanueva no dudó en expulsar el medio centro del Tenerife tras un amago de tangana (con Francis y el árbitro por los suelos).

Oltra tuvo que recomponer y retrasó a Alfaro hasta la zona de creación, algo que permitió tomar un poco de aire al triángulo azulino. Y es que la maquinaria ofensiva prácticamente no funcionó durante la primera parte porque existían demasiados espacios entre Bermejo y el resto de centrocampistas. Los pocos acercamientos se repartieron entre Bergantiños y Francis. El barbateño fue claramente derribado dentro del área sin que Iglesias Villanueva pitara nada, y el gallego tuvo una pelota franca para empatar, pero tardó en reaccionar y se quedó sin ángulo.

El Tenerife ni mucho menos renunció al ataque, pues Alfaro volvió a tener el segundo tras una rápida contra y Chema, minutos después, tuvo que hacer un paradón en un mano a mano con Nino. Pero tras la reanudación cambió radicalmente el escenario de un partido que pasó a jugarse en el campo del Tenerife. En los quince primeros minutos los azulinos fabricaron cinco ocasiones muy claras. Carlos Calvo, Bermejo, Moreno, por dos veces, y Momo asustaron a la hinchada chicharrera, pero unas veces Aragoneses y otras la falta de puntería y fortuna aparecían para mantener la ventaja del Tenerife en el marcador.

Los locales defendía como podían sabiendo que tarde o temprano el Xerez arriesgaría demasiado y podría matar el partido. Ese momento llegó al filo del cuarenta, cuando Abel regaló un balón a Nino. El delantero sólo tuvo que superar a Chema para hacer saltar por los aires al Heliodoro Rodríguez López y posponer una semana más el sueño del Xerez Club Deportivo. Otra vez, habrá que esperar.