Higuaín, solución

La historia de Higuaín desde su llegada al Real Madrid es el relato del esfuerzo de un deportista por triunfar, por demostrar su valía, por callar las bocas que desde el comienzo ponían en entredicho sus valores como futbolista.

Llegó al Madrid sin encajar en el perfil de fichaje mediático, comprado en el mercado invernal y sin un gran bagaje en el fútbol profesional argentino, el Pipita se convirtió pronto en un sospechoso habitual. Le faltaba cuerpo, experiencia y sobre todo tranquilidad, su ansia de éxito se convirtieron en su peor enemigo, quizá porque alguien lo quiso vender como una solución cuando realmente llegaba como un recurso, por eso la crítica fue despiadada con él, ganándose la fama de ser un tirador que disparaba con escopeta de juguete. Pero Higuaín no se rindió nunca, poco a poco fue mejorando en potencia, en físico, en determinación y en confianza. Su proyección fue desarrollándose sin prisa pero sin pausa, hasta completar su metamorfosis.

Hoy, Higuaín, ha pasado de ser un jugador intermitente a convertirse en un jugador clave, partido a partido fue tomando protagonismo en el equipo hasta acabar con las dudas que le martirizaban.Todo lo que hace tiene sentido, se ofrece en los momentos difíciles, siempre tiene un desmarque que tirar, llega a tomar el peso de la responsabilidad en el equipo, no sé si por meritos propios o por las necesidades del guión. Pero ya nunca se esconde, cuando el Madrid parece muerto y enterrado siempre aparece Higuaín.

Jugador habilidoso, de toque fácil, de velocidad endiablada, sabe filtrarse bien entre líneas y sus movimientos sin balón generan multitud de espacios que aprovechan sus compañeros. Es listo porque encuentra los puntos débiles del contrario, pero es como un relámpago; llega, alumbra y desaparece. El Pipita ha pasado a ser el Pipa y el Bernabéu ya no le discute. El recurso pasó a ser la solución.

Por eso es uno de nuestros candidatos a ser el mejor jugador de la liga, por eso y por muchas cosas más...