Estrella y Enrique Morente están muy unidos. / LA VOZ
Sociedad

Con la música en los genes

Se han criado en los escenarios y, años después, han sido ellos los que han tomado el micrófono. Las nuevas generaciones garantizan la continuidad de grandes apellidos del arte

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No les impresionan los escenarios, los focos y los micrófonos. Han crecido entre ellos. Primero, se situaban detrás, como meros espectadores de alguien que les era muy familiar. Ahora, están delante. Son artistas con nombres y apellidos, acostumbrados a que en entrevistas y promociones aparezca la -en ocasiones molesta- coletilla hijo de. Y sin quererlo, protagonizan un eterno debate: ¿tienen el camino de la música allanado, o se les exige más que a los demás? Una pregunta que no tiene una respuesta fácil.

Los Flores, Iglesias, Dúrcal, Pantoja, Valderrama, Morente, Bosé... y muchos otros. De ellos hay más de una generación sobre las tablas. Aunque una saga ostenta el récord: «Lo nuestro es una gran responsabilidad: son 400 años de tradición artística». Lo dicen Gonzalo, Alonso, Rodrigo y Alejandro Aragón. Ellos son el grupo Desvelados y, como pueden deducir, miembros de uno de los clanes más señeros del espectáculo. Gonzalo, Alonso y Rodrigo son hijos de Gabi, el famoso payaso de la tele, a quien acompañaban «como un bulto más en sus giras». Junto a sus otros dos hermanos formaron de niños el grupo Los Gabitos, siguiendo la «bandera del humor familiar» con canciones y clown. Pero ahora, con la incorporación de su sobrino Alejandro (y con la suma después de Sergio Anda y José Antonio Pastor), han dado un giro a sus carreras. «Vimos que el mundo infantil está un poco chungo en este país para vivir y decidimos lanzarnos a hacer lo que queríamos: el rock».

Y en esas están. Pero no lo han tenido fácil. Todos se ganan la vida como técnicos de televisión, aunque han trabajado en la tan recurrente BBC (Bodas Bautizos y Comuniones), se han vestido de Santa Claus en un centro comercial y de lo que haya hecho falta. «Por tener un nombre hay gente que acude a oírte, pero siempre con una mirada crítica», afirma la que también es la banda del Saturday Night Live, en Cuatro. Confirman que hay «envidias y puertas que se cierran». «Nos han propuesto con cachondeo crear los Aragón Brothers y nos han dicho que qué hacíamos ahí si nuestra familia nos lo podía dar todo».

Los orígenes

No ocultan sus orígenes, pero tampoco lo utilizan «como estrategia de marketing». «Si te gusta el proyecto, que sea por Desvelados y no por de donde venimos», afirma el grupo, que prepara el lanzamiento de su primer disco. Esta semana, en su Myspace, habrá un adelanto del videoclip que han grabado con Patricia Conde.

También Marcos Llunas evitó darse a conocer como hijo de Dyango. De hecho, recuerda que fueron los medios los que lo destaparon. «En España casi que me ha ido mejor cuando no he dicho que Dyango era mi padre y he salido como anónimo», declara. En su opinión, en este país «si eres hijo de no te perdonan una». En Latinoamérica no ocurre igual. «Allí ven como algo natural que sigas los pasos de tu padre. Hay un dicho: Lo que se hereda no se hurta».

Asegura que le han propuesto cantar baladas románticas con la voz rota, como ha hecho durante décadas su padre, pero él ha preferido hacer su camino. «Lo peor es hacer lo mismo que tu padre, para eso ya está él. Nunca he querido competir con él, las comparaciones pueden salir mal», afirma entre risas. Marcos Llunas prepara su regreso discográfico para finales de este año con un nuevo trabajo que supondrá un nuevo paso en su carrera. «Voy a mezclar el mundo de la lírica con el pop», avanza.

Buscar un estilo propio, muy diferenciado de su progenitor, le ha dado el éxito a Enrique Iglesias, que ha igualado en fama y repercusión a su padre, Julio. Se dirigen a públicos distintos y cada cual ha llevado su carrera por separado. «El producto está muy bien hecho, muy estudiado y sus canciones funcionan», opina Luis Manuel Cagigal, de La Agencia, oficina de promoción de artistas. Sin embargo, no ha sucedido lo mismo con el tercero de la saga, y eso que según los profesionales de la industria musical «se lo está currando más». «A Julio Iglesias junior le ha perjudicado muchísimo ser hijo de. El lanzamiento de Enrique en Miami fue más creíble; pero Julio salió en un periodo de crisis musical y con un caché, probablemente, acorde a su apellido», analiza Manel Ortiz, director de Boom Management.

La música también es cosa de familia en los Flores. Lola y El Pescaílla iniciaron la saga que luego continuarían Lolita, Rosario y Antonio. «Ser una Flores me ha dado muchísimo más de lo que me ha quitado. Entre otras cosas, el cariño de la gente, el que le tenían a mi familia y que han volcado entre mi hermana y yo», afirmaba la mayor del clan en una entrevista.

Enrique y Estrella Morente es otra familia artística bien avenida. No escatiman en elogios. «Vivir bajo la genialidad tan grande y tan profunda de Enrique Morente es difícil de valorar. Cada frase o cada gesto suyo es una enseñanza», ha dicho en alguna ocasión su hija. «Estrella es siempre mi colaboradora», ha añadido el padre. Pese a que han compartido escenario en algunas ocasiones, han preferido llevar sus carreras por separado.

Arma de doble filo

Pero, ¿qué piensan los expertos en marketing y contratación artística? Para Cagigal, el apellido es «un arma de doble filo». Su oficina se encarga de la promoción de Dikers, un trío del que forma parte Íker Piedrafita, el hijo de Alfredo Piedrafita, guitarra de Barricada. «Llevan diez años en esto y le siguen conociendo como el hijo de Alfredo. Tendrá 40 tacos y lo seguirá oyendo. Siempre tiene que luchar contra eso», cuenta. Admite que el apellido ayuda a dar a conocer a un artista -«es una llamada de atención para que las discográficas oigan el producto»-, pero añade que ellos nunca incluyen esa referencia en las promociones de Dikers. «Es mejor no usarlo y hacer una carrera por sí mismos», apunta.

«De entrada, el apellido les puede favorecer, tienen fácil acceso a los contactos de la industria, pero a la larga les perjudica porque siempre estarán los típicos comentarios», apunta Ortiz. «Al que es muy artista se le cierran puertas, porque las comparaciones son odiosas», opina Daniela Díaz, del departamento de contrataciones de Cuatro Gatos. No obstante, considera que «casi todos» recurren a la familia en los comienzos como un modo de llegar a las discográficas y al público. «Siempre les favorece mientras ellos lo hagan bien. Si no, la gente se da cuenta», añade Anita de la Vega, de Una gira más. Y es que, como coinciden todos, el público es quien al final decide si la saga tendrá segundas partes.