Editorial

Votar por Europa

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L as elecciones al Parlamento europeo tienen lugar hoy en nuestro país tras una campaña enrarecida por la disputa entre las dos principales formaciones, el PSOE y el PP, y cuando toda Europa parece mirar a distancia, incluso con escepticismo, la renovación de la Cámara de Estrasburgo. De ahí que la convocatoria a las urnas constituya, en buena medida, una llamada a la ciudadanía para que se sobreponga a la instrumentación política a la que la pugna partidista ha sometido estas elecciones. El futuro de la Unión Europea ha pasado desapercibido en la campaña. Y no sólo porque populares y socialistas tiendan a realzar las diferencias y los desencuentros por encima de las coincidencias. También porque ninguna de las dos formaciones está mostrándose consecuente con el necesario fortalecimiento de las instituciones de la Unión y de sus facultades para el desarrollo de un marco compartido de libertades, progreso y bienestar. Su política no va orientada a esto más que de manera verbal, lo cual constituye una grave irresponsabilidad, achacable a los dos grandes partidos españoles y a los demás partidos nacionales en Europa.

Es habitual que los problemas de arraigo de la UE en la conciencia de los ciudadanos sean imputados, casi en exclusiva, a los responsables de Bruselas. Pero ello es cierto sólo en parte, dado que la Europa común está pilotada fundamentalmente por los gobiernos nacionales, y son estos y los partidos que los conforman quienes se muestran desganados para liderar la integración europea tratando de despertar el interés y el apoyo activo de los ciudadanos. La batalla por la integración europea no se da en el marco general de la Unión, sino en el ámbito concreto de cada país miembro. Por esto es especialmente penoso que quienes han acaparado la pugna electoral en España hayan desperdiciado tan torpemente la oportunidad que representaban estos comicios para arraigar en nuestro país los fundamentos de la integración. El Parlamento de Estrasburgo, directamente elegido por los europeos desde cada circunscripción nacional, está llamado a asumir mayores atribuciones legislativas en paralelo a la función que desempeña el Consejo de la Unión. Que ello sea así depende, entre otros factores, de la participación electoral de hoy. Es por lo que votar en estos comicios es votar por Europa.