Jerez

La ilógica polémica por una tasa municipal

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P osiblemente, éste no sea un artículo popular. Y puede que escribirlo vaya a acarrearme la antipatía de algún que otro colectivo y más de un jerezano. Pero eso siempre debe quedar en un muy segundo plano cuando uno está convencido de que la razón le asiste.

El tema es especialmente delicado, de esos que hieren susceptibilidades. Se trata de la controvertida tasa de vados, alrededor de la cual ha surgido un curioso movimieno ciudadano, social y hasta político soprendente. El mismo considera que el importe del impuesto municipal en cuestión es excesivo y que se están cometiendo algunos «excesos» en los cobros. Reclaman, por ejemplo, que no se aplique la retroactividad; es decir, que no se cobren los ejercicios anteriores. También denuncian que se quiere hacer pagar a vecinos que no usan el vado o que no lo han solicitado.

Pues ya me perdonarán, pero la normativa es muy clara al respecto y asiste a la Administración. Porque es como si alguien pretendiese que no le cobrasen el IBI. O la recogida de basura porque no ha reclamado el servicio o porque no tira la basura al contenedor.

En esto, como en otros muchos aspectos de la vida, ha surgido también la picaresca. En este caso a través de placas falsas que se usan para disuadir a lo conductores de que aparquen frente a una vivienda, y, de paso, tratar de ahorrarse el pago del impuesto municipal. Resulta que hay hasta una empresa en Jerez que se dedica a fabricar esas placas, que, dicho sea de paso, sólo pueden ser facilitadas por la Delegación de Urbanimo, Las vende a 10 euros y las entrega en unas pocas horas, tal como pudo comprobar directamente este periódico días atrás. Eso sí, llama la atención qu el Ayuntamiento no dijese que no tenía constancia, precisamente ahora, cuando se está llevando a cabo un censo de vados precisamente para evitar el fraude en esta cuestión del pago de la tasa.

Por cierto, la normativa también es muy clara en lo de la retroactividad. Dice que es aplicable durante cuatro años. Así que en este caso no me queda otra que darle la razón al Ayuntamiento. Pero con un único 'pero', que es el de no haber sabido explicar esto bien. Aunque ni es la primera vez ni creo que vaya a ser la última. Porque ése, el de la comunicación, está siendo una de sus grandes deficiencias esta legislatura.

Es obligado volver a referirse en este espacio semanal al Xerez. El año que viene jugará en Primera después de 62 años de historia. La ciudad anda como loca, como no podía ser menos. Pero quiero aprovechar para recordar a una persona que, desgraciadamente, no puede vivirlo. Era xerecista hasta la médula. Jugó en las categorías inferiores del club azulino y su máxima ilusión era, precisamente, verle jugar algún día contra el Barça. Era de los fijos en Chapín y su habitación estaba decorada con todo tipo de motivos del equipo de sus amores.

Se trata de Juan Holgado, asesinado en la gasolinera de Martín Ferrador en la que trabajaba hace ya más de 13 años. Su madre, Antonia Castro, se debate entre dos sentimientos estos días, el de la alegría porque el Xerez jugará en Primera y el de la tristeza y la añoranza porque su hijo no podrá verlo. Aunque son estos últimos los que se imponen. Tanto que apenas le apetece hacer nada. Ni siquiera salir a la calle para seguir pidiendo justicia. No estaría de más que alguien pensase en dedicarle también esta gesta a Juan. Se lo merecería. Y su familia podría al menos tener una razón para sonreir, que no es poco.