Rajoy fue saludado por simpatizantes mientras paseaba por la Feria del Libro en el Parque del Retiro madrileño. / EFE
ESPAÑA

Rajoy espera que los votos de las europeas le acerquen a La Moncloa

Nadie duda de su continuidad después de las elecciones porque en el partido opositor ni se contempla la derrota

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Cuando, contra pronóstico, el PP ganó las elecciones gallegas, Mariano Rajoy celebró el principio del cambio y se fijó como objetivo ganar las europeas para avanzar en su camino a La Moncloa. Como él, los populares creen que las votaciones de hoy serán decisivas para volver al Gobierno, como lo fueron las elecciones al Parlamento Europeo de 1994, primer éxito del PP sobre el PSOE y precursor de su llegada al poder en 1996.

En el cuartel general popular no se contempla la hipótesis de la derrota y ni siquiera del empate. Como tampoco se teme que el resultado desencadene un terremoto interno, más allá del oxígeno que pueda representar para el liderazgo de Rajoy, que ganará peso político con un resultado positivo y nadie, a estas alturas, duda de su continuidad.

El mensaje que recibieron los miembros del comité de estrategia sobre las expectativas electorales en su última reunión fue tranquilizador e incluso optimista. El sociólogo Pedro Arriola aseguró que todos los estudios confirman las previsiones de los sondeos periodísticos, que daban entre dos y cuatro puntos de ventaja al PP sobre el PSOE en estas elecciones. Incluso fue más lejos al vaticinar una sorpresa con una votación más favorable.

Para movilizar a su gente, Rajoy hizo una campaña en clave nacional, con ataques frontales al Gobierno y a José Luis Rodríguez Zapatero. Fue como un entrenamiento para su confrontación con el líder socialista en unas próximas generales. La corrupción del 'caso Gürtel' salpicó el inicio de campaña, pero la cúpula del partido, con el candidato y el presidente al frente, hizo piña con Francisco Camps, se volcó en el territorio valenciano con tres mítines multitudinarios y sacó a relucir el uso del Falcon militar por parte de Rodríguez Zapatero, además de la subvención de Manuel Chaves a la empresa en la que trabaja su hija.

En un segundo plano, los dirigentes nacionales, autonómicos y locales se emplearon a fondo en reuniones y actos en pequeñas localidades con dos objetivos: movilizar el aparato para lograr los apoderados necesarios para hoy y agitar el descontento con la política europea del Gobierno.

En una tercera pista se movió el cabeza de lista, Jaime Mayor Oreja, con campaña, equipo y discurso propios. En su recorrido sólo coincidió en cinco ocasiones con Rajoy. A su término, Mayor Oreja se declaraba satisfecho de haber alcanzado sus objetivos: «hablar de los principios y valores, superar con éxito los debates con el socialista Juan Fernando López Aguilar y lanzar la campaña con la foto del Gobierno de 1996».

Caos

No fue fácil organizar tantos planos y equipos trabajando a la vez. Los responsables de la intendencia del PP reconocen que el partido estaba frío al principio de la campaña y no se empezó a sentir tensión hasta superado el debate sobre el estado de la nación. Los clásicos apreciaron un «caos organizativo sin precedentes», una sorpresa para los más veteranos pues es conocida la experiencia de la directora de campaña, Ana Mato, una dirigente con muchos trienios al frente del aparato. «Ha sido una campaña muy mala», afirma un dirigente crítico experto en convocatorias electorales.

Pero no sólo el sector discrepante pone pegas porque dirigentes de la ortodoxia confiesan que el discurso electoral carecía de relato lógico y los mensajes aparecían descoordinados e inconexos. Uno de los responsables de la campaña confesó en una reunión que habrá que revisar el sistema en próximas elecciones porque los lemas, el discurso del líder, la propaganda y el mitin del candidato ofrecían frases distintas y distantes en una misma jornada. «Aunque ganemos -señaló un miembro de la dirección- hay que sentarse con Mariano para decirle que así no se ganan unas generales. Hay que trabajar en equipo».

«Tenemos movilizado a nuestro electorado y hemos transmitido que el cambio somos nosotros, que es la ocasión de provocarlo y que en Europa hay que estar con un partido fuerte que es el que va a ganar las elecciones en toda la UE», explica uno de los asesores de Rajoy.