Rosa Díez en la obra . / LUCÍA RIVAS
CÁDIZ

Pobres angelitos

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Mabel Caballero: ¿Hablo sola? Puedo hacerlo, te lo advierto, durante horas.

Alejandro Medina: No, no hablas sola. Ya he venido al rescate. Como Luis Pizarro con el Bicentenario

M. C: Pues vamos apañados. Mira, yo con el Bicentenario veo lo mismo que con la plaza Sevilla. Esté quien esté no se mueve una piedra.

A. M: No, pero Pizarro ha actuado de sheriff, sheriff... El otro día da una rueda de prensa el Ayuntamiento llorando porque la Junta no ha tramitado una ayuda para turismo, la Consejería del ramo dice que eso es lo que hay, Pizarro matiza que eso habrá que verlo y la Consejería presenta un nuevo plan el viernes. Puede ser casualidad, lo sé.

M. C: Yo creo que en lo tangible (lo que quedará después del Doce, las obras) no hemos avanzado. Mira el castillo. Todavía no se sabe ni por dónde entrarán los camiones. Y respecto a lo intangible, pues resulta que acercamos relaciones con República Dominicana, viene el presidente y poco antes, quitan el Consulado de ese país en Cádiz y lo ponen en Sevilla.

A. M: En cuanto a lo tangible, lo del castillo depende de Madrid, que se supone que son más serenos y no entran tanto al trapo. Y eso nos deja más tranquilos... ¿O no? Además, si allí lo que van a hacer es una faena de aliño... Y en cuanto a lo intangible... hoy no me siento muy diplomático.

M. C: Yo tampoco es que sea muy fan de los diplomáticos (salvo de Máximo Cajal y pocos más) pero me da la sensación de que damos un paso de cara a la galería y tres para atrás en la trastienda. Pero vamos a hablar de cosas buenas, por ejemplo, de títeres. El viernes asistí a una función maravillosa dentro del Festival Internacional, que justo se termina hoy. Era 'La Casa del abuelo', de una compañía que se llama La Rous y son de Granada. No iba con muchas expectativas (era una función infantil) y resultó buenísima.

A. M: Pues me das un poco de envidia... No sé, la verdad es que todos los que han ido dicen que está muy bien el Festival de Títeres y dan ganas de ir... pero ¿se le da muy poca bola, no?

M. C: Ninguna. Al teatro, en general. El viernes éramos 22 adultos y un número similar de niños. La mitad de la Sala de la Lechera. Y eso que esta obra, la primera de la compañía, ha sido Premio al Mejor Espectáculo FTN de 2009. Ah, y que costaba 3,5 euros. La gente es capaz de arriesgarse con una peli de Vin Diesel y pagar 4 euros por esa castaña, pero no por una buena obra. Estoy convencida de que hay que hacer más cosas (aún) en la calle.

A. M: Eso decía yo de joven...

M. C: Yo estaba hablando de teatro.

A. M: Yo también. Anda que no hacíamos de eso antes... y lo seguimos haciendo, claro. Y no sé por qué (o sí lo sé, es que los hombres pensamos así), pienso en teatro y de inmediato paso al fútbol. ¿En qué se van a distraer los miles de parados ahora que se ha acabado la Liga?

M. C: Ummm... Con la playa. Esa es la ventaja. La playa es gratis. Piénsalo. Tienes hasta agua potable en el baño, jabón y papel higiénico. Con un paquete de papas puedes estar todo el día. Para los parados y para los empleados cuando se acerca el temido fin de mes.

A. M: Eso sí, Cortadura se ha convertido en un lugar peligroso, más parecido a Beirut que a lo que venden en los folletos.

M. C: Sí, la gente ve los carteles en obras, y pasa como si allí pusiera «Bienvenido al parque Genovés. Disfrute de nuestras especies arbóreas». He visto incluso a niños jugar por allí. Se te ponen los pelos como escarpias después de saber que la draga hizo allí un boquete en el que cabría Tribuna.

A. M: Ya está. Has destapado el plan de Pepe Blas para pagar la obra del estadio: ha hablado con Costas para venderle los cascotes que luego se convertirán en arena que servirá para tapar el boquete que están haciendo en la playa. Y con los trozos de hierro de la visera irá poniendo los rellenos para luego erigir los palafitos en la Bahía.

M. C: Es capaz. Ahora está metido en muchos charcos. Además de la Tribuna, el aparcamiento de Canalejas (es de Urbanismo pero parece que es suyo), el de Santa Bárbara (¡todavía en las catas!) y el de La Hispanidad. Y luego está lo de Mantenimiento Urbano. Aunque es el área de Guerrero, está empeñado en reducir el gasto de reparar lo que destrozan los vándalos, aunque sea escondiéndose detrás del Monumento a las Cortes (tras la eterna llama) para pillar a algunos in franganti.

A. M: Según fuentes bien informadas, el principal testigo de la acusación concuerda exactamente con un Pepe Blas vestido con gabardina beis.

M. C: Me lo dices y me lo creo. Mira, la verdad es que si obligaran a la gente a pagarlo o a limpiarlo o reponer lo que han dañado, creo que se lo pensarían dos veces. No hay más que antes. Son los mismos de siempre. Cuatro (o 16, en este caso) cafres. O más bien delincuentes, porque no sólo se dedicaban a romper cosas, sino a robar.

A. M: Y a quemar cosas y casas. Y a romper todo lo que veían a su paso. Lo peor de todo es que esta vez no se le puede echar la culpa ni a la sociedad ni a las consecuencias de los arrabales. Me explico: los chavales no eran marginales ni estaban en situación de desamparo. Eran tan normales como tú o yo (es mucho decir que somos normales, lo admito). Lo que no les impedía ser unos cafres. No sé, no me voy a poner en plan sociólogo...

M. C: Puestos a no echarle la culpa a esos pobres 'angelitos' habría que pensar en sus padres. O en los profesores. Mira, lo mismo tenían uno como el que han detenido en Ceuta con 100 kilos de hachís.

A. M: No me extrañaría. Pero tranquila, que si el profesor es puntual, da sus clases, aprueba o suspende porcentualmente como debe y está aseado, cobrará un paga extra millonaria... Ah no, que me he equivocado, que los que cobran sólo por ir a trabajar (sólo por eso) son los del SAS.

M. C: La gente necesita incentivos. ¿No te acuerdas cuando eras pequeño, que aprobabas hasta con notable y sobresaliente y el cafre de tu hermano suspendía y le prometían una moto si aprobaba en septiembre? Pues es más o menos lo mismo.

A. M: No sólo eso. Sino que el día que no sacabas el sobresaliente, te quedabas sin merienda. Siempre ha habido clases y de lo que te puedo dar fe es que nosotros no pertenecemos a ella.

M. C: Los periodistas estamos condenados a ir pidiendo perdón. ¿Te has fijado que todo es culpa nuestra? Durante esta campaña, dicen, no se ha hablado de Europa, sólo de aviones y de gastos de campaña y demás miserias. ¿La culpa? De nosotros, que nos da por recoger lo anecdótico. No sé cómo tanta gente sigue queriendo estudiar periodismo (de verdad, que no lo sé).

A. M: Porque la juventud no se piensa las cosas dos veces. Mira a esos 16 chavales angelicales.