¡¿Barandillas amarillas?!

El ascenso del Xerez Club Deportivo me está quitando la vida. Jerez al completo lleva casi 62 años esperando que el sueño se haga realidad, pero lo cierto es que nunca imaginé que esto de ver a los azulinos en Primera División costaría tanto trabajo. Y no lo digo por los futbolistas.

Ellos no son los únicos que están sudando la gota gorda. Aquí, entre el personal periodístico, hay más de uno, de dos e incluso diría de tres, que se está dejando la piel sobre el teclado (pues lo de los fotógrafos es diferente, alguno no siente la Primera).

Y los plumillas no somos los únicos que le estamos echando papas al asunto. Que si hay que montar un escenario, que si hay que vender banderas, que si hay que decorar las farolas de la ciudad, que si hay que tejer una camiseta de cuarenta metros... ¿no va a descender el paro señores?

El que pinta los autobuses también ha tenido más trabajo estos días. El hombre ha puesto bien guapo uno de esos autocares de dos plantas y descapotable. Lo han teñido de azulino, le han colocado su escudito y el maravilloso lema: «Somos de Primera». Pero al pintarlo se le ha escapado un pequeño detalle: ha dejado las barandillas de amarillo.

Tras la publicación de la foto el martes, más de uno me lo comentó. «¿Cómo se les ocurre ponerlas de ese color?».

Y es que todo tiene su lado bueno. Aunque alguno que otro le haya molestado que esa imagen viera la luz (también pasó algo similar con la camiseta del Minotauro), la historia podría beneficiar al xerecismo. Ya ocurrió con la gigantesca elástica al monumento jerezano. Tras el fotomontaje que se publicó en LA VOZ, se percataron que hacían falta unas calzonas. Ahora, toca lo de la barandilla. Esperemos que también tenga una buena solución.