La canciller Angela Merkel durante una visita a una factoría de Opel el pasado mes de marzo. / AFP
Economia

GM encuentra una salida para Opel

Llega a un acuerdo para vender la firma a Magna, pero necesita el visto bueno de Merkel

| CORRESPONSALES. BERLÍN. BRUSELAS Actualizado: Guardar
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Guerra de nervios en Berlín. Después de una larga negociación de más de ocho horas y de un ultimátum lanzado por el Gobierno alemán, el fabricante de componentes austríaco-canadiense Magna y General Motors alcanzaron ayer un acuerdo para la venta de Opel. Pero, al cierre de esta edición, aún no estaba claro si el Ejecutivo germano daría luz verde al pacto, que impediría la insolvencia de la firma germana.

La crucial jornada se inició con dos noticias que hicieron temer por el futuro de Opel. En primer lugar, Fiat, uno de los posibles compradores, abandonó las negociaciones. Su consejero delegado, Sergio Marchionni, señaló que su prioridad era la integración de Chrysler y que «la vida seguirá sin Opel».

Poco después, el periódico 'Bild' anunció que las negociaciones entre Magna y GM estaban al borde del fracaso. Esto hizo reaccionar al Gobierno, que amenazó con anular una reunión prevista para las 16 horas en la Cancillería. «Sólo comenzará cuando las partes tengan algo sustancial que presentar», dijo el portavoz gubernamental, Thomas Steg. También advirtió que Berlín no aportaría más de 1.500 millones de euros a través de préstamos de emergencia. El ultimátum surtió efecto y poco antes de que el plazo fijado llegara a su fin, surgió un preacuerdo.

El futuro de Opel pudo haber quedado resuelto el miércoles, el mismo día que GM se desvinculó de la empresa germana y le cedió las patentes de sus vehículos, paso previo y necesario para que terceros tuviesen interés en hacerse con ella. Pero la reunión fracasó después de que GM exigiese una financiación extraordinaria de 300 millones. Además, el Gobierno estadounidense rechazó el plan alemán de colocar los activos de Opel en un sistema fiduciario mientras se cerraba un acuerdo con algún eventual comprador.

Mientras todo esto ocurría en Berlín, en Bruselas, 18 socios comunitarios, entre los que se contaban España, Italia, Austria, Bélgica, República Checa, Italia, Polonia, Reino Unido o Portugal, se reunían en la Comisión con el responsable de Industria, el alemán Gunter Verheugen y la comisaria de Competencia, Neelie Kroes.

La «joya de la corona»

El carácter estrictamente bilateral de los contactos germanos con el gobierno de EE UU y General Motors habían despertado suspicacias del resto de potenciales afectados por el futuro de Opel, que temen una desviación de la inevitable pérdida de puestos de trabajo en la empresa automovilística desde Alemania hacia otros países.

Tras el encuentro, Verheugen y Kroes reconocieron la posibilidad de que se concedan ayudas de urgencia a Opel; pero subrayaron que, a cambio, la viabilidad a largo plazo de la empresa debe quedar garantizada sin inyecciones adicionales de fondos públicos y las leyes de la competencia deben verse salvaguardadas.

Miguel Sebastián aseguró que la planta de Figueruelas es «la joya de la corona» de Opel, en la que descartó recortes de plantilla bajo el argumento de que «es la más competitiva» de la marca. Sobre posible el apoyo financiero, el ministro abogó por sustentarlo en «criterios económicos y objetivos, y no en aspectos como la localización de las factorías».