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Un treintañero parado

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Con este escrito, sólo quiero expresar mi opinión y sentimientos, tanto a la clase política como a la clase Trabajadora Parada de nuestro país, sin estar en la penumbra de mi hipotecado, con el único sonido de las letras de algún diario, desquiciado por pensamientos que nadie escucha y torturado también por los escalofríos del desempleo.

Veo el ímpetu del Gobierno por ayudar a Bancos y Cajas, a empresas solicitando ayudas y presentando expedientes de regulación de empleo, a familias rogando ayuda porque todos sus miembros est‡n en paro, eso me entristece y me llena la cabeza de dudas, e incluso de propuestas.

Me pregunto, si los encargados de velar por nuestros derechos entienden lo que realmente pasa, sin la opinión de uno de estos parados y las razones por las cuales está en dicha situación, me pregunto, si en estas reuniones con la CEOE,

Ejecutivo y Altos Cargos Económicos no deberíamos estar los trabajadores y parados, en definitiva nosotros somos los perjudicados, en cambio, ellos seguro que no tendr‡n que acudir jam‡s a la oficina del INEM.

El fin de este camino, ya lo sabemos, vuelta a la mediocridad de los puestos de trabajo, salarios mínimos, excesivas jornadas y sumisión por parte del empleado.

Pero entonces, ¿cuál es el papel del Trabajador Parado en todo esto? ¿Tenemos que callar y tener fe en aquellos que no tendrán que pedir jamás la prestación por desempleo?

¿Quizás nos representa? Creo que la voz del pueblo hace tiempo que no se oye, y por eso deberíamos despertar y hacernos oír, forzando de una vez al consenso entre los diferentes partidos políticos, obligando a que nos escuchen y anulando el chismorreo de político.

Vicente M. F. Cádiz